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Las algas de sargazo que llegan a las costas del Caribe Mexicano están dejando daños irreparables en el ecosistema local, del que depende el turismo.
A Quintana Roo los turistas viajan principalmente para disfrutar del mar turquesa y las playas de arena blanca. Pero estas tonalidades podrían cambiar si el problema del sargazo no se controla. Rosa María Rodríguez, investigadora del Instituto de Limnología y Ciencias del Mar de la UNAM en Puerto Morelos, explica que en cinco años del arribo masivo de sargazo ya hay cambios negativos en el paisaje de algunas zonas, principalmente donde hay lagunas arrecifales, como Puerto Morelos y Xcalak.
“No es algo que vaya a suceder a largo plazo, ya está sucediendo, ya se registran serias afectaciones a los principales ecosistemas como arrecifes y pastos marinos”, dijo la especialista. La marea marrón que provoca el sargazo reduce en gran medida la cantidad de oxígeno que hay en el agua, necesario para la supervivencia de especies marinas, corales y las praderas de pastos marinos. “La marea café impide que el sol llegue a los corales, y estos necesitan de la luz solar para subsistir”, añadió.
Asimismo, se ha observado que decenas de hec táreas de pastos marinos donde hay altas concentraciones de sargazo se encuentran en grave deterioro. También las algas pardas han ocasionado la muerte de individuos de 78 especies, según un estudio realizado por la académica durante 2019.
A estas afectaciones a los ecosistemas se reportan cambios en la coloración de la arena por la descomposición en la playa. Otro de los efectos negativos es que contiene una alta cantidad de arsénico y otros metales pesados, los cuales cambian las condiciones de las aguas caribeñas, que son naturalmente puras, de ahí su transparencia.
Para Rosa Rodríguez es urgente que se tomen acciones y se definan responsabilidades para mitigar los efectos del sargazo en la región, pues dice, las medidas adoptadas en estos cinco años no han resultado suficientes para el tamaño del problema.