Por Esto/Redacción
Desarrolladores de vivienda devastan cientos de hectáreas de selva baja, hábitat de diversidad de flora y fauna.
Las leyes ambientales en sus tres órdenes de gobierno son letra muerta en el municipio de Solidaridad, toda vez que la voracidad de los desarrolladores de vivienda arrasa con cientos de hectáreas de selva baja, hábitat de una gran diversidad de ora y fauna, algunas protegidas o amenazadas, denunció el ambientalista Aniceto Caamal Cocom.
Como ejemplo, el expresidente del grupo Movimiento Ciudadano Ecologista (Moce Yax Cuxtal) expuso a la inmobiliaria CADU, que lleva más de 20 mil viviendas en su fraccionamiento Villas del Sol con sus cinco etapas, entre otras secciones y sigue creciendo al norponiente de la cuidad, sin mostrarse como una empresa ambientalmente responsable.
El también defensor de los usos y costumbres de la cultura maya dijo que no solamente arrasan con cientos o miles de hectáreas de selva baja, habitada por múltiples especies protegidas o en peligro de extinción, sino que destruyen cenotes, cavernas y ríos subterráneos, a n de darle paso a las moles de concreto.
Aniceto Caamal Cocom insistió que el cuidado del medio ambiente en Solidaridad y Quintana Roo, con todas sus leyes, es letra muerta, “desde hace más de dos décadas atrás inició el desarrollo de nuestro municipio sin cuidar que sea sustentable, sigue sin ningún cambio y pareciera que hubiera contubernio de los desarrolladores con los tres niveles de gobierno”, reclamó.
Enfatizó que el deterioro ambiental se está dando aceleradamente en el municipio, aunado a la defectuosa calidad de las viviendas y fomentando el hacinamiento de las familias, en la que incluso ni las banquetas o entradas de las mismas tienen árboles naturales. “En este mismo ritmo si las autoridades no revisan el Programa de Ordenamiento Ecológico Local y el Plan de Desarrollo Urbano del municipio de Solidaridad, adecuarlo al verdadero cuidado del medio ambiente en pocos años estaremos viviendo con mayor intensidad las consecuencias”, sentenció.
