La industria cinematográfica ha sido una de las más afectadas por la crisis del coronavirus. En especial, las salas han sufrido un duro golpe, y algunas previsiones de expertos cifran las pérdidas del sector en hasta 31.000 millones de dólares este año
europa press
La industria cinematográfica ha sido una de las más afectadas por la crisis del coronavirus. En especial, las salas han sufrido un duro golpe, y algunas previsiones de expertos cifran las pérdidas del sector en hasta 31.000 millones de dólares este año.
Según Variety, la industria ha disminuido sus ingresos en torno a un 70% respecto a esta misma fecha en 2019. A finales del año pasado, la industria cinematográfica había generado 42.000 millones. Si esta tendencia a la baja continúa, se estiman unas pérdidas de entre 20.000 y 31.000 millones de dólares para finales de 2020. Los expertos también señalan que, incluso si las salas presentan un plan de recuperación económica, las cifras finales para 2020 seguirán siendo un 58% más bajas que en 2019.
A esto se suma la actitud, todavía reticente, del público. Según las encuestas, los espectadores están ansiosos por volver a los cines, pero la mayoría de los espectadores tiene temor a asistir a una sala de cine debido al posible riesgo de contagio. Paradójicamente, la gran fortaleza de la liturgia cinematográfica, la experiencia en comunidad, el disfrutar de una obra en compañía de otros, conocidos o desconocidos, se ha convertido en tiempos de pandemia en la gran debilidad de la industria.
Es decir, que el futuro del cine está asgurado… cuando se haya encontrado el remedio médico, una vacuna o tratamiento eficaz, para luchar contra el coronavirus. Pero el reto ahora es cómo paliar las pérdidas, como reducirlas lo máximo posible hasta que eso ocurra. Y lo más importante en este sentido es conseguir que el público se sienta seguro para regresar a las salas, adoptar medidas necesarias para que una sala de cine sea un espacio social seguro.
Los estudios con películas programadas para estrenar en 2020 se han visto obligados a aplazar los lanzamientos. Algunas cintas como Viuda Negra, Wonder Woman 1984 y Sin tiempo para morir optaron por posponer sus fechas de estreno para otro momento de 2020, mientras que otros filmes se retrasaron directamente a 2021. Para algunas películas, como Trolls 2: Gira mundial o Artemis Fowl, los estudios decidieron lanzar sus propuestas directamente en formato digital.
El streaming ha sido precisamente la tabla de salvación de algunas productoras, pero no un sustituto definitivo a las salas. Es por eso que en plena desescalada, la situación ha obligado a agudizar el ingenio y resucitar formatos como los autocines.