“Siendo norteamericano, y habiendo vivido la mayor parte aquí, la verdad que nunca estuvimos tan cerca del precipicio al fascismo y temo que vamos rumbo a una guerra civil, y yo no uso esa palabra de manera ligera”, advirtió a Sputnik William Robinson, profesor de Sociología en la Universidad de California en Santa Bárbara.
Sputnik Telescopio
10 días antes del estallido social que mantiene en vilo a EEUU y el mundo, Robinson fue entrevistado por el periódico griego Epohi, donde trazaba una radiografía de su país y relataba cómo la pandemia estaba polarizando aún más a la sociedad.
La entrevista concluía con la siguiente afirmación: “La crisis tiene la potencia de despertar a millones de la apatía política. Hay una radicalización entre los trabajadores, un nuevo sentido de solidaridad. Se trazan las líneas de batalla. Se avecinan revueltas sociales”.
Para Robinson, en EEUU y en el mundo “enfrentamos una crisis explosiva, y el asesinato de George Floyd a sangre fría por policías fue nada más que el detonante, el catalizador de las protestas que se están dando ahora”.
Este crimen también radicalizó aún más las posiciones de los grupos de ultraderecha y supremacistas blancos alentados por el discurso del presidente, Donald Trump. El entrevistado recordó los sucesos ocurridos en agosto de 2017, a poco de comenzado el Gobierno de Trump en la localidad de Charlottesville. Allí una manifestación racista y antimigración liderada por un exintegrante del Ku Klux Klan terminó en enfrentamientos y la muerte de una persona.
En aquel entonces el estallido no se dio, entre otras cosas, porque ahora cambiaron las circunstancias. “El colapso económico ha dejado a decenas de millones de personas arrojadas al desempleo. En medio del sufrimiento hay una escalada de los niveles de desigualdad”, apuntó el entrevistado.
En solo tres meses de pandemia, los más ricos en EEUU aumentaron su riqueza en medio billón de dólares, informó Robinson, cuando el hambre y la marginalización de decenas de miles de personas se está extendiendo.
A esto se suma “el colapso de los sistemas públicos de salud después de 40 años de neoliberalismo, niveles cada vez más intensos de explotación, inseguridad y muerte. Todo esto ha creado un ambiente explosivo”, destacó.
El caso y el contexto
Dado el nivel de polarización social y el clima de campaña que vive el país, en caso de que los policías del caso de George Floyd sean juzgados y condenados, las protestas pueden atenuarse pero solo temporalmente opinó Robinson.
“Si acaso deciden crear cargos de asesinato a los cuatro policías y hay juicio, se podría calmar momentáneamente, pero todas esas condiciones que he planteado siguen (…) la crisis social, económica y política quieren decir que no se calmará esta situación”, alertó.
Robinson no descartó que, ante la pérdida aparente de respaldo electoral de cara a los comicios del 3 de noviembre, Trump busque otras formas de mantenerse en el poder. “En cinco meses cualquier cosa puede pasar. Nosotros tenemos el temor que el decrete un estado de emergencia, la ley marcial y cancele o postergue las elecciones”, consideró Robinson.
“EEUU se fundamentó sobre la esclavitud y la dominación de los ricos siempre con tendencias fascista. Pero desde hace 15 o 20 años, que es lo que vengo estudiando, se han vuelto verdaderamente fascistas y no uso la palabra como retórica, sino con sentido académico”, aclaró Robinson.
“Estos grupos se han disparado e incluyen a centenares de miles que están siendo incitados por Trump y el ala derechista del Partido Republicano”, indicó el profesor universitario. “Primero con la pandemia salieron y tomaron las calles, y ahora cada vez que Trump hace una declaración de guerra contra el pueblo y su prédica a favor de defender el derecho de usar armas, van a las calles a enfrentar a los que están protestando por la violencia policial”, agregó.
Escenario de guerra
En más de 40 ciudades se ha declarado el toque de queda como forma de controlar las manifestaciones y Trump le reclama a los gobernadores mayor represión para frenar el estallido.
“Trump dijo que ‘tenemos que dominar, arrestar a miles de personas y encarcelarlas durante muchos años’, y también que va a enviar y desplegar en las ciudades miles y miles de tropas militares. Estamos hablando del Ejército de los EEUU, por tanto es una declaración de guerra de Trump contra sus propios ciudadanos, contra el pueblo norteamericano”, sostuvo.
“Se está desatando un nivel de represión policial y militar, atacando con balas y palizas a periodistas para que no usen sus cámaras para tomar imágenes; se ven carros blindados, militares con pistolas eléctricas, gas pimienta”, describió Robinson.