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El 26 de mayo, la Secretaría de Gobernación de México publicó una campaña de concientización titulada ‘Cuenta hasta 10’, en la cual invita a la población a no perder la paciencia y evitar los conflictos entre familiares durante el periodo de aislamiento en casa.
“Antes de que la violencia se apodere de ti, antes de que te enojes con tu pareja, antes de que te desesperes: cuenta, cuenta, cuenta. Cuenta hasta 10 y saca la bandera blanca de la paz”, se dice en los mensajes publicitarios.
Un mensaje similar fue difundido en campañas de televisoras privadas durante la década de 1990, con el mismo objetivo.
En redes sociales la campaña provocó diversas críticas, particularmente de organizaciones civiles dedicadas a concientizar sobre la violencia de género, las cuales acusaron que los spots publicitarios ignoran que las principales víctimas de la violencia intrafamiliar son las mujeres. Del mismo modo, líderes políticos de oposición pidieron el retiro de la campaña, luego de considerar que la campaña es insensible con la violencia de género.
Aleida Hernández Cervantes, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó en entrevista con Sputnik los principales errores que cometió la comunicación gubernamental.
“Me parece que es una campaña muy equivocada, que desdibuja el centro de la problemática que tenemos en el país, que es el aumento y recrudecimiento de la violencia contra las mujeres. Quita del foco del problema que se ejerce contra la violencia y se concentra en otros elementos que tienen que ver con violencia familiar generalizada, en el que todos y todas participan en el mismo nivel”.
Maïssa Hubert Chakour, subdirectora ejecutiva de la organización feminista EQUIS, Justicia para las Mujeres, se expresó en el mismo sentido.
“En EQUIS nos pareció que el ejercicio en sí había sido bastante preocupante por varias razones: lo primero es que no visibiliza el hecho de que las mujeres y niñas somos las principales víctimas de la violencia familiar. Además, representa a la única mujer de este spot en una posición estigmatizante, donde está a punto ella de generar violencia”, compartió.
Hubert Chakour también resaltó su preocupación sobre el mensaje difundido desde la presidencia para romantizar el entorno familiar, ya que para muchas mujeres mexicanas el permanecer en su casa no es sinónimo de mantenerse en un lugar seguro.
“Ese discurso de sacar la bandera blanca, de aguantarse en la contingencia mientras pase, porque tenemos que estar juntos y, entonces, suspender de cierta forma las prácticas violentas, tampoco me parece que sea el mensaje que necesitamos en este momento. Necesitamos políticas que realmente atiendan, que prevengan esta violencia, no necesitamos una pauta de las violencias mientras se regrese a una forma de normalidad”, consideró.
Durante las primeras semanas del confinamiento por la pandemia de COVID-19, diversos expertos y organizaciones civiles alertaron sobre la posibilidad de que la incidencia de violencia doméstica y de género aumentara a consecuencia del encierro en los hogares de México.
Sin embargo, el 6 de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que esa suposición era imprecisa y que, por el contrario, la cultura de fraternidad de los mexicanos había llevado a que en el país no aumentaran las denuncias de violencia contra las mujeres o en las familias. El 15 de mayo insistió en que la percepción sobre el aumento de la violencia era inexacta, ya que 90% de las llamadas de auxilio a la policía relacionadas con ese tema eran falsas.
“Lo que he sostenido es que no precisamente por el retiro a las casas ha habido más violencia, eso puede ser que suceda en otros países. Es un tema que vale la pena analizarlo a fondo. Es que la familia mexicana es distinta a la familia en Europa, a la familia en Estados Unidos, nosotros estamos acostumbrados los mexicanos a convivir, a estar juntos”, reiteró el mandatario.
En cuarentena con el enemigo: violencia doméstica y pandemia
Pese a esas consideraciones, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) destacó que durante marzo de 2020 se abrieron 20.232 carpetas de investigación por el delito de violencia familiar, lo cual representó el mayor incremento en este indicador desde 2015, así como un crecimiento de 14% con respecto a las denuncias recibidas en febrero. De igual modo, en abril se levantaron denuncias por 267 homicidios dolosos contra mujeres, otro máximo histórico desde 2015, mientras que las llamadas para denunciar casos de violencia familiar sumaron 60.543 casos.
Durante la presentación de la campaña Cuenta hasta 10, el vocero del Gobierno de México, Jesús Ramírez Cuevas, reconoció que las denuncias por violencia de género habían aumentado en el periodo de confinamiento.
“Bien está establecido el hecho de que sí ha habido un aumento por lo menos en las denuncias de violencia contra las mujeres y que también ha habido acciones que se están tomando muy puntales”, comentó.
No obstante, las expertas consultadas en Sputnik coincidieron en que los spots lanzados por el Gobierno mexicano parecen ir más en sintonía con el discurso emitido por López Obrador sobre este tema.
Aleida Hernández señaló que este discurso refleja la falta de conocimiento sobre las causas de la violencia de género, las cuales se ubican en un elemento estructural: la posición subordinada que históricamente han tenido las mujeres en su relación con los hombres.
“Lo importante es que el primer mandatario se pusiera a estudiar a fondo en qué consiste la violencia contra las mujeres, que no es ni se reduce a un problema de índole de roce o discrepancia familiar, [sino] que tiene que ver con un tema de violencia estructural, donde la base de todo eso está en la desigualdad entre hombres y mujeres y el ejercicio brutal contra la vida y los cuerpos de las mujeres”, subrayó.
Por su parte, Maïssa Hubert recordó que la preocupación de las autoridades por desarrollar campañas para visibilizar otras violencias dejó de lado el hecho de que, a causa de la pandemia, muchas mujeres víctimas de violencia se han quedado sin posibilidad de acudir a los servicios públicos de atención de este problema.
“Esa es la problemática que tendría que estar atendiendo el Estado […]. No sabes si el servicio va a estar abierto, si al salir a la calle no te vas a arriesgar a contagiarte, o parece que no te van a recibir. Más bien, sería importante que el propio Gobierno atienda este tema, [aunque] sea con campañas de comunicación diciendo a las mujeres que, si viven cierto tipo de violencia, pueden acudir a esos lugares. En lugar de esto, la campaña Cuenta hasta 10 pide que las personas cuenten hasta diez antes de siquiera marcar al 911. Eso también es un tema bastante preocupante”, lamentó.
Tras los cuestionamientos a la Cuenta hasta 10, Jesús Ramírez explicó que la campaña se desarrolló tras consultar con distintos sectores de la sociedad sobre la violencia familiar. Asimismo, el vocero presidencial comentó que los anuncios pretenden visibilizar otros tipos de violencia, como el ejercido por los adultos contra las niñas y los niños.
A su vez, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, reveló que los primeros borradores de la campaña eran más crudos, pues incluían imágenes de violencia contra las mujeres. En ese caso, se prefirió difundir un mensaje para evitar estas conductas, en vez de exhibirlas directamente.
Para Aleida Hernández, esta justificación ignora que en otros países existen buenas campañas sobre el mismo tema. En específico, se refirió a los spots realizados por la Fundación Avon de Argentina, lanzados en redes sociales en 2018 bajo el título #Cambiáeltrato.
“La campaña se concentra en decirle a los hombres cómo actuar frente a la violencia que ven en otros hombres, no convirtiéndose en cómplices o socios de la violencia verbal, física, psicológica, económica, que otros hombres, a su vez, ejercen en la vida de las mujeres. Esto va a un centro nodal del tema, que es que los hombres se hagan cargo de atender y de actuar de otra manera respecto de sus propias reacciones, su propia forma de relacionarse con las mujeres y con otros hombres”, destacó.
Pese a ello, ambas especialistas coincidieron en que, a la par de las campañas de concientización, el Gobierno debe establecer políticas públicas integrales para prevenir la violencia en distintos niveles. Desde la educación formal de los niños, hasta garantizar que las entidades públicas encargadas de ayudar a las mujeres víctima de violencia, hay pendientes que deben atenderse con urgencia.