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viernes 20 diciembre 2024

Así es como los japoneses viajan “al extranjero” sin salir de casa

Réplicas de ciudades de Alemania, Reino Unido, Países Bajos y otros se han hecho enormemente populares en Japón, sobre todo porque la pandemia de coronavirus sigue complicando los viajes internacionales.

dw.com

Una estrecha barca navega por el canal, las velas del molino giran con el suave viento y la gente se dirige al mercado de navidad en la plaza de la ciudad, rodeada de casas de ladrillo en torno a una alta torre de iglesia. Ahí, los transeúntes en las calles empedradas se comunican solo en japonés.

Huis Ten Bosch es un extenso parque temático en la ciudad de Nagasaki, al sur de Japón y ofrece una representación asombrosamente fiel de una ciudad neerlandesa tradicional.

Los hoteles, las tiendas, los teatros y los restaurantes son réplicas de los que se encuentran en Países Bajos y el parque, que ocupa una superficie del tamaño de Mónaco, atrae a millones de visitantes cada año.

Y aunque Huis Ten Bosch sea la mayor “ciudad extranjera” de Japón, no es la única.

En la prefectura de Chiba, a las afueras de Tokio, se ha recreado un pueblo alemán. En la prefectura de Mie, una réplica de un pueblo español es un gran atractivo para los visitantes. En Fukushima, British Hills es una zona de té y etiqueta. En Okinawa, un pueblo estadounidense es muy popular entre los lugareños y los expatriados. Y varias ciudades japonesas albergan también bulliciosos barrios chinos, especialmente Yokohama, Kobe y Nagasaki.

Los costos y el coronavirus mantienen a los turistas en casa

Las ciudades réplica son perfectas para los japoneses que quieren conocer otros países y culturas pero no pueden hacerlo.

Para algunos, los planes de viaje se han visto reducidos por motivos económicos o por la pandemia de coronavirus de los dos últimos años, mientras que hay otros que se sienten un poco nerviosos al salir de su zona de confort en casa.

Si los japoneses no pueden ir a Alemania, Inglaterra o Estados Unidos, los promotores de los parques temáticos japoneses han acercado el extranjero a su país.

“Es un parque enorme y tenemos muchas atracciones durante todo el año”, dice Naoko Kurosawa, de The Country Farm Tokyo German Village, en la ciudad de Sodegaura, al este de Tokio

“En verano, tenemos muchas flores en el parque, y como estamos tan cerca de Tokio, de ahí vienen muchos de nuestros visitantes”, agrega.

“Mucha gente no ha podido disfrutar de unas vacaciones adecuadas desde hace dos veranos y nadie ha ido a otros países, así que venir aquí es una especie de escapada”, dijo Korosawa a DW.

El parque cuenta con un zoológico, una zona para visitantes con perros, áreas de juegos para niños, minigolf, una gran rueda de la fortuna, tiendas y restaurantes de cocina alemana que ofrecen pretzels, salchichas y schnitzel, así como una buena selección de cervezas alemanas.

A unos 90 minutos en tren al norte de Tokio, se encuentra una recreación de otro estilo de vida europeo: British Hills, que se describe a sí misma como “el Reino Unido que cualquiera puede visitar sin pasaporte”.

Oportunidades culturales

Creado en 1994, el parque cuenta con hoteles para los huéspedes, pero su objetivo principal es ofrecer desde clases de lengua y cultura inglesas, hasta pedir té y bollos en el Ascot Tea Room o una pinta en el pub The Falstaff.

“Muchos japoneses se relacionan con Reino Unido y los dos países tienen muchas similitudes, como el hecho de que ambos tienen una monarquía, un punto de vista más conservador, un enfoque en los modales y cortesía y una larga historia”, dijo Zain Abba, gerente del parque temático, a DW.

“También creo que mucha gente con esa afinidad por Inglaterra se siente frustrada por no haber podido viajar para allá este año, así que British Hills puede darles una muestra de ello sin ni siquiera tener que salir del país”, cuenta.

Kanako Hosomura visitó British Hills cuando era una colegiala y dijo que recuerda la sensación de “estar realmente en Inglaterra”.

“Nunca había estado en otro país en aquel entonces, así que solo conocía Inglaterra o Europa por las películas o la televisión, pero estuve allí por un curso de estudios y me sentí como si hubiera entrado en un mundo diferente”, dijo a DW. “Aunque estuve poco tiempo, me dieron ganas de viajar y conocer otros países”, añade.

“Economía de burbuja”

La mayoría de las atracciones con temática extranjera de Japón se construyeron durante los años de la “economía de burbuja”, cuando el costo no era una barrera y los promotores buscaban aprovechar el nuevo deseo local por viajar, aunque fuera a una versión falsa de otro país, explica Ashley Harvey, directora general de la empresa de gestión de destinos Aviareps Japan.

“Todavía hay un gran porcentaje de la población viajera japonesa que es reacia a subirse a un avión por varias razones”, detalla a DW.

“Los viajes por supuesto son caros y siempre hay preocupación por la barrera del idioma ahí donde los japoneses viajan y se preocupan terriblemente por cometer equivocaciones de corte social en situaciones que no entienden, como las propinas”, señala.

“Es el FOMU (miedo a equivocarse), que impide a mucha gente viajar al extranjero”, explica. “Estos parques son perfectos: la experiencia definitiva de otro país y otra cultura sin ningún riesgo asociado”.

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