En lo que va del año, en Tulum los homicidios aumentaron 80.5% y el narcomenudeo 100%
El Economista/Jesús Vázquez
En diversos puntos turísticos del país la delincuencia ha ido escalando en los últimos meses. Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) demuestran que en destinos, tanto del norte como en el sur del país, como Tulum, Mérida, Cancún, Acapulco, Puerto Vallarta, Playas de Rosarito y Ensenada, entre otros, el narcomenudeo y los homicidios dolosos, delitos relacionados estrechamente con el narcotráfico, se han incrementado, en algunos casos, hasta en más de 100 por ciento.
En Tulum, Quintana Roo, se registró un incremento de 80.5% en los homicidios dolosos, si se comparan las cifras de enero a septiembre del 2020, con el mismo lapso del 2021, pasó de 36 carpetas de investigación a 65 en este presente año. En el caso del narcomenudeo la cifra se incrementó 100% al pasar de 38 a 76 indagatorias.
Fue en Tulum en donde hace una semana se registró una balacera que dejó, como saldo, a dos turistas muertas; una mujer de Alemania y otra de la India, así como cuatro personas más heridas. Ante los hechos se anunció que se reforzaría la presencia de militares.
En Benito Juárez en el mismo estado, cuya cabecera municipal es Cancún, el delito de narcomenudeo pasó de 253 registros en el año pasado a 312 para este 2021, es decir, un incremento de 23.3 por ciento. Con respecto a los homicidios, la cifra tuvo una disminución de 7.5 al documentarse 253 en el 2020 a 234 hasta septiembre de este año.
Otra de las localidades que registró alzas fue Mérida, Yucatán, el homicidio se ha incrementado en 23%, pasó de 13 carpetas de investigación el año pasado a 16; mientras que el narcomenudeo subió 15.4% de 110 registros en el 2020 a 127 para este año.
En otro de los destinos turísticos del país, Acapulco, Guerrero, el crimen se incrementó. En el 2020 se documentaron un total de 263 carpetas de investigación por homicidio doloso, mientras que hasta septiembre de este año ya se tenía un registro de 340, es decir, un alza de 29.2 por ciento.
Con lo que respecta al delito de narcomenudeo, los datos del SESNSP demostraron que el año pasado se tuvo un registro de 330 y para este 2021 el dato fue de 421, lo anterior indica un aumento de 27.5 por ciento.
Hace unos días, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, confirmó que en la entidad los asesinatos presentan una tendencia al alza. Lo anterior se confirma con las cifras de Puerto Vallarta, municipio del estado.
Esta localidad presentó un incremento de 60% en carpetas de investigación por homicidios dolosos, pasó de 15 en el 2020 a 24 para el presente año. A su vez, en la Península de Baja California, también existieron destinos turísticos que tuvieron alzas en alguno de los delitos ya mencionados.
En Ensenada, el narcomenudeo pasó de 541 registros en el 2020 a 639 para este año, lo que quiere decir un incremento de 18.1 por ciento. En el mismo delito, pero en el municipio de Playas de Rosarito, el dato para el año pasado fue de 25, mientras que para este 2021 se elevó a 155, un incremento de 520 por ciento.
En el municipio de La Paz, en Baja California Sur se documentó un alza de 200% en las averiguaciones previas por homicidio doloso, la cifra pasó de 4 para el 2020 a 12 hasta septiembre del 2021. Signos de violencia.
Expertos consultados coincidieron en que a pesar de que la incidencia delictiva en algunos de los estados de los que forman parte las localidades mencionadas, no es tan alta como en otras regiones, algunas zonas turísticas ya venían presentando signos de violencia.
Vicente Sánchez, investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública del Colegio de la Frontera Norte indicó que el crimen organizado tendría mucho que ver con el incremento de la violencia en estas zonas del país.
“En la península de Baja California hay una guerra soterrada entre organizaciones del crimen por el mercado, no solamente el de drogas, también existen otros giros que están ahí. Esa lucha nos deja homicidios que incluso no se investigan, se atribuyen, pero no hay una investigación clara a nivel de la fiscalía que arroje más luz”, dijo.
Por su parte, Raúl Benitez-Manaut, investigador de la UNAM consideró que estas alzas se deben a la apertura de antros, bares y restaurantes en estas zonas por el relajamiento de las medidas en contra de la pandemia. Al mismo tiempo que aseguró que la pelea de plazas por parte de los cárteles influye en las cifras. “La pelea de plazas va acompañada de todo eso, en la costa del Pacífico el CJNG quiere controlar, esto a estas alturas ya no hay ninguna duda (…)
En Baja California lo típico son los carteles de Tijuana, que quieren tener control sobre los antros, bares y restaurantes (…) En el área de Cancún lo típico es que los remanentes de los Zetas se van sobre los dueños de los establecimientos”, mencionó.
Las áreas de inteligencia de las autoridades de los tres niveles de gobierno, aseguró Erubiel Tirado, experto de la Universidad Iberoamericana, debieron “haber previsto” estos incrementos en la violencia de estas zonas. “Yo no tengo indicios que nos hayan apuntado de que se estuvieron preparando para este escenario, si lo hubieran hecho no estuviéramos viendo este repunte de actividades delictivas”.