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Managua.- La nueva caravana de migrantes irregulares hondureños que partió rumbo a la frontera sur de Estados Unidos es objeto de una guerra psicológica, advirtió en diálogo con Sputnik el dirigente de la organización política de izquierda Los Necios, Gilberto Ríos.
“La estrategia del Gobierno nacional y en consonancia con otros de la región como Guatemala y México, es la de aplicar una guerra psicológica a la caravana, con matrices de opinión como la de no tener ningún futuro o de constituir un delito, a fin de desalentar a sus integrantes”, dijo el dirigente a esta agencia.
Las fuerzas policiales y servicios de inteligencia de los países de la ruta están viendo la forma de encontrar personas en la caravana con deudas con la justicia para estigmatizar al colectivo migrante, señaló.
COVID-19
A la falta de documentos achacada a los integrantes de estos movimientos masivos se suma en esta ocasión la ausencia de las pruebas PCR para COVID-19, “porque las personas que se van del país en esas circunstancias no tienen para ir a un laboratorio y pagar un examen”.
“Existe una crisis humanitaria a lo interno de la caravana porque van niños, personas de la tercera edad, discapacitados, con poca alimentación, la mayoría sin recursos para el transporte y eso los hace bastantes vulnerables”, expuso Ríos.
En tales circunstancias, el dirigente aseguró haber tenido información de que se busca dividir y diezmar a los caravanistas durante el paso.
Sin embargo, en la noche del 14 de enero se hablaba de un colectivo de migrantes de 2.000 personas y en la mañana del 15 ya se mencionaba la cifra de 7.000.
“Eso significa que el solo hecho de estar juntos los convierte en una fuerza que no puede detener ninguna Policía o Ejército, salvo que use la fuerza de las armas”, agregó.
Hacia la frontera
Ríos auguró que en los próximos días los migrantes hondureños van a ser noticia porque no los van a poder detener con facilidad y muchos de ellos llegarán a la frontera de Estados Unidos y terminarán traspasándola.
Al respecto aseguró tener noticias de la primera caravana (octubre de 2018), la más emblemática y tan masiva como la actual, según las cuales muchos de sus integrantes consiguieron entrar a territorio estadounidense, donde en la actualidad trabajan, aunque de manera ilegal.
Un fuerte operativo de fuerzas antimotines intentó detener el paso de la primera caravana de migrantes hondureños en 2021 que partió con rumbo a Estados Unidos en la madrugada del viernes desde la terminal de buses de la ciudad industrial de San Pedro Sula (norte), informó Contracorriente, que se identifica como un medio digital de periodismo de profundidad.