Columna: Seguridad y Defensa Carlos Ramírez www.24-horas.mx
Mientras Estados Unidos tiene muy claros sus planes y operativos contra las bandas de narcotraficantes dentro de México, el Gobierno mexicano va a desplegar agentes en territorio estadounidense sin tener muy claros sus objetivos.
Las presiones intensas de la Casa Blanca para obtener visas de trabajo para agentes de la DEA estaban basadas en una agenda de persecución en territorio mexicano de los principales capos de los cárteles del narco, los mismos que la estrategia mexicana de seguridad no ha perseguido para no provocar una guerra territorial con enormes daños civiles colaterales.
El interés estadounidense sobre los cárteles dentro de México contrasta con la pasividad de las autoridades americanas contra los cárteles y pandillas mexicanas que controlan el tráfico y la venta al menudeo de drogas en las principales calles de las ciudades de EU.
En este contexto, se supondría que los agentes mexicanos registrados ya en Estados Unidos van a realizar labores de inteligencia y operativos de persecución en caliente contra esas organizaciones criminales en las calles estadounidenses.
Los gobiernos de México y Estados Unidos se enfrascaron en una fase de tensiones diplomáticas y de seguridad para el registro de agentes, agencias y operativos estadounidenses en México sin existir un programa conjunto y coordinado de lucha contra los cárteles y sobre todo contra el contrabando de droga que pasa con toda facilidad la frontera estadounidense por la corrupción de funcionarios y policías americanos.
México ha definido una estrategia de no-confrontación con los cárteles ni con los capos para evitar refriegas violentas en las calles. Por los pocos datos que se tienen, la DEA viene a darle de escobazos a los panales de narcos.
Sin un programa coordinado, el tema de los agentes en ambos lados de la frontera provocará violencia criminal.
ZONA ZERO
La primera tarea de agentes mexicanos antinarcóticos dentro de Estados Unidos estaría en una labor exhaustiva de inteligencia para realizar un patrón criminal de bandas, cárteles, pandillas y grupos de vendedores al menudeo en las calles. Organizaciones mexicanas son las que meten la droga de contrabando y la distribuyen a los vendedores callejeros. Y el reporte mexicano tendría que incluir revelaciones sobre las complicidades de funcionarios, policías y financieros con los narcos en EU que venden droga.
