EL PAÍS/Yolanda Monge
Como cada año cuando comienza la temporada primaveral, miles de estudiantes universitarios inician el camino hacia Florida para celebrar sus vacaciones, conocidas como spring break [descanso primaveral], y aprovechar el buen tiempo del sur del país.
Tras muchos días de intensa fiesta en la zona de Miami Beach (Florida), el alcalde de la ciudad, Dan Gelber, ha decidido declarar el estado de emergencia y establecer un toque de queda que entró en vigor el pasado sábado. “Las multitudes que han llegado a la ciudad son más de las que podemos manejar”, ha declarado el regidor.
En su opinión, los estudiantes que se desplazan al sur del país llegan “con la intención de no cumplir las reglas, generando un nivel de caos y desorden imposible de controlar por las autoridades”.
Así, (hora de la costa Este de EE UU), queda establecido el toque de queda a partir de las ocho de la tarde en la zona de Miami Beach donde se concentran restaurantes, bares y lugares de entretenimiento. Varias calles y accesos al lugar quedarán cerrados a las personas que no residen en el lugar a partir de las 21.00, “al menos durante las próximas noches”, ha informado el edil.
Desde que se declaró la pandemia por la covid-19 en marzo de 2020, este es el segundo año consecutivo que Miami se ve forzado a cortar las fiestas de primavera de los universitarios ante los estragos y falta de cumplimiento de medidas básicas para frenar la pandemia, que ya se ha cobrado en Estados Unidos más de 540.000 vidas, más de 32.000 de ellas en el Estado de Florida.