Luces del Siglo/Marco Antonio Barrera
La historia y cosmovisión yucateca fue el eje rector con que se concibió arquitectónicamente la estación Chichén Itzá del Tren Maya, reconoció la creadora del anteproyecto Ana Elena Gay Aranda
En el proceso de plasmar un espacio físico para recibir a los visitantes del emblemático sitio arqueológico del sureste del país se integraron mensajes culturales que enaltecen la riqueza patrimonial y cultural prehispánica.
En el anteproyecto creativo, dijo, se integró un urbanismo sostenible y buenas prácticas de desarrollo sustentable, mediante la fusión de arquitectura, diseño urbano y el paisaje, que a su vez enalteció la conservación del ecosistema. La directora del despacho “AE Gayaranda” señaló que también planteó darle un servicio a la comunidad y conectar a la población de la Península de Yucatán.
El anteproyecto de la estación Chichén Itzá considera 4 vías de rodamiento y 2 andenes para atender a los visitantes que tan sólo en el año anterior al Covid-19 atrajo a un promedio de 10 mil turistas diariamente. La proyectada estación contiene como parte de su diseño arquitectónico tres elementos esenciales de la sociedad precolombina, como el arco maya, la ceiba y la serpiente emplumada. Gay Aranda mencionó que conoció y recorrió el lugar para comprender su significado cultural y reconocer su trascendencia internacional. Igualmente observó los alrededores, las poblaciones aledañas, a su gente y su relación con el turismo.
Todo ese trabajo fue complementado con análisis y estudios previos. “Todo se hace visitando, recorriendo, estando ahí, y a partir de ahí es que surge el proyecto, un concepto de hacer honor a ese territorio por medio de la abstracción conceptual de la figura de una serpiente, que es lo que hace toda esta planta de conjunto de la estación”.
En cada una de las 19 estaciones proyectadas dispuestas a lo largo de más de mil 500 kilómetros que recorrerá el Tren Maya por Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, las autoridades han contemplado un polo de desarrollo a su alrededor para dar servicio a la comunidad, pero también la creación de equipamientos que beneficien a las poblaciones vecinas.
La arquitecta, reconocida como Mujer Ejecutiva 2018 indicó que antes del anteproyecto de Chichén Itzá, encabezó otros proyectos sustentables de potencialización turística con conciencia ecológica y social. En Tlaxcala, por ejemplo, se elaboró un anteproyecto de urbanismo con la generación de estaciones sustentables, a través del rescate de unas vías férreas que detonó la activación de cinco municipios.
Ahí se concibieron servicios básicos, comercio, atención médica, un centro comunitario y vivienda sustentable que contribuyó a detonar la actividad turística mediante la conectividad entre estaciones sustentables, con vivienda sustentable, un centro comunitario y huertos urbanos. En la ciudad de Iquique, al norte de Chile (frontera con Perú) creó también un concepto de “Ecobarrio” que integró equipamientos necesarios para la comunidad, el cual contribuyó a que se ordenara y que potencialice el desarrollo de esa zona. “Esos tipos de proyectos son los que me acompañaron previamente para realizar el anteproyecto de la estación Chichén Itzá. México es grande, contamos con tantas riquezas, que debemos respetarlas y honrarlas”.