Luces del siglo/Dalila Escobar
En los últimos meses el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ha modificado sus trazos del trayecto del Tren Maya para respetar la conservación de reservas ecológicas. El director general de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, detalló a Luces del Siglo que la modificación más grande se realizó en la reserva de Calakmul, Campeche, zona donde anteriormente ampliaron la carretera y que, con el paso del tren, implicaba un riesgo para la fauna de la región.
“Íbamos a pasar por el famoso volcán de los murciélagos que es muy importante porque son millones y contribuyen enormemente a la cadena de naturaleza de la región. De pasar el Tren Maya por ahí, existe un gran riesgo de que la cueva colapse”, por lo que el trazo fue desviado hacia el norte de la reserva para rodear la zona de riesgo. “Esas son las cosas que sí tenemos que hacer y lo vamos a modificar, porque se puede generar un daño; pero, por ejemplo, cuando se amplió la carretera en la zona de los murciélagos nadie protestó, es un poco de la hipocresía de los ambientalistas que interponen amparos ahora con el Tren Maya”, aseguró.
El paso del Tren se desviará tres kilómetros antes y tres después de la zona de los murciélagos, dado que, aún sin tren pero con infraestructura carretera, en algún momento esa zona podría colapsar.
Otro de los puntos en los que Fonatur consideró que debía hacer modificaciones a beneficio del Tren es en la selva de Cuxtal, en Mérida. “Es muy importante porque es de donde se saca el agua potable de la ciudad de Mérida, pero actualmente está llena de basureros clandestinos, está deforestada y no hay quién la cuide el acuerdo para pasar por ahí”, dijo.
Jiménez Pons explicó que también hay desacuerdo de algunas organizaciones en torno al paso por esa región; sin embargo, detalló que el recorrido del Tren es por donde ya existen ductos de Pemex e infraestructura de alta tensión, es decir por donde se ha intervenido previamente. “No es un terreno donde realmente hay una selva y quiero que me digan cuál es la sección que estamos afectando”, indicó Jiménez Pons.
Detalló que en Cuxtal se llegó a un acuerdo a nivel municipal, en el que Fonatur se comprometió a preservar la reserva y dio recursos para operar un plan de atención; a cambio, se podrá hacer un trazo en la zona para evitar el paso por el centro de Mérida, por el perjuicio a la ciudad que podría implicar.
El funcionario señaló que intervenir Mérida “nos saldría carísimo, porque sería hacer un viaducto elevado; por eso mejor les damos un dinero a Cuxal, que son cerca de 200 millones de pesos, para un programa de mejoramiento, además de comprar mil hectáreas que se puedan sumar a su reserva”.
Una tercera modificación ocurrió en Candelaria, entre Tabasco y Campeche, zona por la que atravesaba el trazo original del tren y donde se podría avanzar el nuevo proyecto; sin embargo, un estudio llevó a un hallazgo que causó sorpresa: un espacio del tamaño de Palenque, dividido por las vías, “entonces dijimos ‘hay que salir’ y se modificó el trazo”.
Aunado a estos casos, el proyecto ha tenido que modificar más trazos por la velocidad que llevará, por lo que deberán ampliar varias curvas, que lleva a Fonatur a salirse del derecho de vía ya existente y que desviarán hacia terrenos que, afirma Jiménez Pons, son 90 por ciento de vegetación, misma que “está alterada de hace muchas décadas, porque ahorita se piensa que está todo lleno de verde y aunque lo está, apenas hace 70 años se limpió completamente para meter el tren”. Conforme avanza la ejecución del proyecto, se prevén más cambios, principalmente por ser zonas de riqueza arqueológica de la cultura maya.