El Universal/Marco Sánchez Guerra
Se estima que en las siguientes semanas habrá en México un repunte de casos y hospitalizaciones debido al COVID-19. Entre los factores que podrían provocar esta tercera ola se encuentran: la lenta aplicación de las vacunas, la presencia de nuevas variantes del virus que son más contagiosas y peligrosas, la negativa de hacer obligatorio el uso del cubrebocas, pero sobre todo la falta de información sobre el uso correcto del cubrebocas y qué tipos de cubrebocas debemos usar dependiendo de la actividad u ocasión. Además, se han relajado las medidas de prevención y existe poco interés, por parte de las autoridades, de disminuir la movilidad, sobre todo, en estas vacaciones de Semana Santa.
La semana pasada vimos algunas fotos, en redes sociales, del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en las que se podía observar a cientos de personas llegando a la terminal para tomar su vuelo e inmediatamente lo tomamos como el anuncio de una tragedia.
Sin embargo, ¿Cuál es el riesgo de viajar en avión? De acuerdo con el Dr Joseph Allen de la Escuela de Salud Pública de Harvard y uno de los expertos a nivel mundial sobre COVID-19 y que ha estado trabajando sobre medidas de protección contra el COVID-19, para hacer más seguros los lugares de trabajo, las escuelas y los viajes, el riesgo de contraer COVID-19 durante un vuelo es mínimo. La principal razón es que los aviones cuentan con sistemas de filtración de aire con filtros HEPA, los cuales, pueden eliminar más del 99.9% del polen, polvo, bacterias, partículas e incluso a los aerosoles responsables de la principal vía de transmisión de COVID-19. Dicha información puede ser corroborada y consultada en las páginas de internet de Aeromexico, Volaris y Viva Aerobus, en donde, se expone que sus aviones cuentan con estos sistemas de filtración y cada 3 minutos hay una renovación del aire de la cabina. Sin embargo, esta información no es tan fácil de encontrar y, desde mi punto de vista, es importante saber que la buena ventilación y filtración del aire dentro del avión disminuyen considerablemente el riesgo de contagiarse de COVID-19.
A mi parecer, una de las cosas que no están bien y que podría incrementar el riesgo de infección durante el vuelo es el consumir bebidas y alimentos durante el viaje, ya que al quitarse el cubrebocas se pueden incrementar la cantidad de aerosoles y esto aunado a la cercanía entre los pasajeros representa un riesgo de infección (en caso de que una persona con COVID este viajando con nosotros, sobre todo, en los asientos más cercanos). Por lo tanto, se debería restringir la venta de alimentos durante el vuelo. Otra medida que deberían adoptar las aerolíneas es invitar a sus pasajeros a viajar en el mayor silencio posible, hay que recordar que al hablar se libera 10 veces más aerosoles y 50 veces más en caso de gritar o cantar en comparación con permanecer en silencio.
Aunque durante el viaje en avión existe un bajo riesgo de contagiarse de COVID-19, esto no significa que estemos a salvo. Como bien ha señalado el Dr Allen, antes y después de abordar el avión es cuando tenemos un mayor riesgo de contagio. Tan solo, recordemos esas fotografías que circulan en redes sociales mostrando las aglomeraciones al interior de la terminal, con esto en mente, lo más probable es que haya aglomeraciones en la sala de espera, en la zona de comida rápida y momentos antes de abordar el avión, posteriormente una vez que ha aterrizado el avión en su destino y en temporada alta, como lo es la Semana Santa, podría haber aglomeraciones en las bandas al buscar recoger el equipaje (además de la aglomeración, estos sitios podrían no contar con buena ventilación, con lo cual aumenta el riesgo de contagio) y posteriormente al abandonar la terminal y buscar un medio de transporte, para llegar al lugar de destino final. También el uso de transporte tanto para llegar a la terminal como para abandonarla es otra actividad de alto riesgo, sobre todo, si se utiliza el transporte público como el metro, camión o incluso taxis. Lo que hace que en general, el viajar durante temporada alta durante la pandemia represente un alto riesgo de contagios. Por lo tanto, la recomendación para disminuir el riesgo de contraer COVID-19 durante todo el viaje desde que salen de su hogar hasta llegar a su destino final es usar cubrebocas N95 o KN95 sin válvula y que estén certificados. Una opción en caso de no estar seguros de que el cubrebocas no sea certificado es el uso de doble cubrebocas (abajo uno quirúrgico y encima uno de tela que ayude a ajustar correctamente el cubrebocas y evitar que haya huecos entre la cara y los cubrebocas).
¿Qué hacer para disminuir el riesgo de contagios durante la Semana Santa? Lo principal, es que las autoridades responsables de manejar la pandemia hubieran hecho restricciones para disminuir la movilidad de las personas (reducir el porcentaje de vuelos y de cuartos disponibles en los hoteles, por ejemplo) y un llamado enérgico a la población para no vacacionar en esta temporada, sobre todo cuando se prevé una tercera ola de contagios en las próximas semanas. Sin embargo, esto no sucedió y ahora se ha disparado el turismo local e incluso la entrada de turistas extranjeros, al no existir restricciones para la entrada al país, una combinación que podría ser una bomba de tiempo y acelerar una tercera ola de casos. Creo, que lo preocupante de una posible interacción entre turistas nacionales e internacionales, es el alto riesgo que existe de contagios con las nuevas variantes, lo cual propiciaría que una vez que terminen las vacaciones, estas variantes se puedan dispersar de manera rápida y a lo largo del territorio, dando lugar a que alguna o algunas de las nuevas variantes —la británica (B1.1.7), la sudafricana (B.1.351) o la brasileña (P.1)— se vuelvan predominantes entre la población mexicana y entonces se disparen nuevamente los contagios y muertes por COVID19. Hay que recordar que estas variantes se transmiten más rápido y pueden, incluso, ser más peligrosas.
Algunas recomendaciones que se podrían hacer para evitar que la gente que ya está vacacionando pueda disminuir el riesgo de contagio son:
1) preferir actividades al aire libre (se estima que el riesgo de contraer COVID-19 en espacios abiertos es 20 veces menor que en espacios cerrados); 2) evitar lugares cerrados aglomerados y mal ventilados (centros comerciales, restaurantes o iglesias por ejemplo); 3) interaccionar lo menos posible con otros turistas (nacionales e internacionales) y 4) si van a viajar por avión o camión deben usar cubrebocas N95 o KN95 sin válvula y que estén certificados o doble cubrebocas como se mencionó anteriormente.
Postdoctor en Salud Ambiental por la Universidad de Harvard e Investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Perinatología
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