Reforma/Ricardo Hernández
Un cenote de más de 60 metros de diámetro está debajo de ruta por donde se planean tender vías del Tren Maya en Tramo 5, donde siguen obras.
Las máquinas han extirpado kilómetros de selva baja y mediana en Playa del Carmen, Quintana Roo, para abrir paso al Tren Maya, excepto en un punto que, visto al vuelo, se aprecia como un manchón verde oscuro que parte en dos el camino de la deforestación, donde ahora sólo quedan troncos, ramas y tierra removida.
Se trata de un cenote de más de 60 metros de diámetro que está justo debajo de la ruta por donde planean tender las vías del megaproyecto prioritario para el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es un obstáculo para los trabajadores que montan las retroexcavadoras desde finales de febrero y que no han parado en todo este tiempo en el Tramo 5, aún con la suspensión que un juez federal ordenó el pasado lunes.
Tania Ramírez González, espeleóloga e integrante del colectivo Sélvame del Tren, indicó que el “manchón de selva” es sólo uno de los múltiples cenotes que hay en la zona.
“Hay un manchón de selva que no han quitado porque hay un mega gigante cenote debajo. Entré ahí y lo mapeamos, yo creo que en estos días lo digitalizamos. Es como un mega bache, tiene poquita agua. De altura tiene como 15 metros y de anchura 60 metros”, describió Ramírez tras terminar un recorrido por el Tramo 5.
Ese es uno de varios obstáculos naturales que se han encontrado trabajadores de Grupo México, consorcio al que se le adjudicaron en 2021 las obras del Tramo 5 sur del Tren Maya.
“Un trabajador nos dijo ‘a ese cenote le vamos a dar la vuelta’. Pero el problema es que, si lo rodean, van a encontrar otros. Yo cada que voy encuentro una nueva cueva”, advirtió la espeleóloga, una de las personas más activas en la identificación y mapeo de cuevas y cavernas en el Tramo 5.
Integrantes de Sélvame del Tren han hallado ocho cuevas debajo del trazo de las vías, en un trayecto de apenas 12 de los 60.7 kilómetros que comprenden el Tramo 5 sur del proyecto. “Avispa enojada”, “Alita”, “La Gran Casa de la Tortuga”, “Desnuda”, “Dama Blanca” y “Yorogana” son algunas de las más importantes, las cuales forman parte del Gran Acuífero Maya, uno de los más extensos sistemas de ríos subterráneos del mundo, con biota de relevancia ambiental.
Ramírez halló la octava cueva el pasado martes, un día después que Adrián Novelo, Juez Primero de Distrito en Yucatán, ordenara frenar temporalmente las obras en este punto como respuesta al amparo que buzos tramitaron en marzo.
“Hicimos un recorrido de como 10 kilómetros, entre Calica y la Avenida Juárez, y vimos que siguen trabajando, sobre todo, muy tierra adentro. No se ven los trabajos a la vista de la gente. Casi, casi como si se estuvieran escondiendo”, advirtió.
“Encontramos maquinaria pesada y personal arrancando vegetación, incluso, ampliando el camino. También vimos que están llevando material como de cascajo para aplanar y rellenar. No sabemos si están rellenando las cavernas”.
La sospecha de relleno aumentó luego que Ramírez siguiera con un GPS las coordenadas que la llevarían a “Dama blanca”, una cueva donde habita un pez con ese nombre, endémico y enlistado en la NOM-059 por estar amenazado, que descubrieron luego que de que deforestaran el área y que en esta ocasión no pudo hallar.
“Estoy 90 por ciento segura de que estaba ahí. Íbamos con el GPS, la habíamos mapeado, medía 93 metros de profundidad y no la vimos en el recorrido. Mañana (hoy) regresaremos a cerciorarnos, pero puede que la hayan rellenado”, aseveró.