Luces del Siglo/Benito Jiménez/Agencia Reforma
Las calles de Playa del Carmen, destino turístico, se inundaron de vigilancia militar. En cuatrimotos patrullan dos elementos, un elemento de la Guardia Nacional conduce y otro más del Ejército viaja atrás artillado.
Además de vehículos pick-up del Ejército, Marina y la Policía estatal, y soldados a pie se mezclan entre los turistas. A ellos se suma el Batallón Turístico de la Guardia Nacional que desde diciembre vigilan zonas de playa. Sin embargo, empresarios reprocharon que los dos principales delitos de esta playa persisten aun con toda esa caballería.
REFORMA publicó que los restauranteros o gerentes de bares son coaccionados para pagar entre 10 mil y hasta 100 mil pesos al mes mediante amenazas de ejecución o la quema del negocio. Además, la venta de drogas deja ganancias de hasta 100 millones de pesos al mes, de acuerdo con reportes ministeriales.
“Después de la nota del periódico llegaron 200 elementos más. Se integraron a los 450 que envió la Federación, no nos molesta. Puede ser que la gente se sienta más nerviosa con los militares, pero por otra parte se evitan temas de violencia, de balaceras, pero por supuesto que sigue la venta de drogas y se sigue cobrando el derecho de piso”, dijo un empresario hotelero.
Indicó que las drogas son vendidas en bares y en los lobbys de hotel, mientras que la extorsión es controlada vía telefónica para que después sea envido un sujeto vestido de turista para recoger los cobros de piso.
“Lo que nos falta además de los miliares es trabajo de inteligencia, que sigan las cabezas de estas redes de extorsión y narcotráfico que tanto están lacerando a los empresarios, taxistas, transportistas, todos pagan piso”, añadió otro restaurantero.
La Policial Municipal sólo cuenta con un C2 en Playa de Carmen con poco más de 200 cámaras, por lo que urge la integración del C5 a su sistema con la inclusión de otras 150 cámaras.
“Estamos a merced del crimen, la extorsión sigue siendo el problema, más autoridades tienen información de las redes, no basta con detener a uno o dos, sino a los líderes”, reprochó el dueño de un restaurante de pizzas.