- Asociación de agentes de viajes señala crecimiento exponencial: en 2013 era uno por día y en 2019, 250 por hora; “es un cáncer que afecta actividad turística mundial”; buscan Profeco, SSPC y 8 asociaciones frenar delitos; impulsan homologar Código Penal; Maricela narra que compró un paquete por Internet y tras pagar “ya nadie contestó”
Ante el crecimiento exponencial en el número de fraudes cibernéticos relacionados con los servicios turísticos, con 450 cometidos cada hora, y la cercanía del periodo vacacional de verano, ayer la Secretaría de Turismo (Sectur) realizó una reunión de “emergencia”, en la que estuvieron ocho de las asociaciones y cámaras más representativas del sector, con el fin de encontrar una estrategia que ponga punto final a los delitos.
Debido a la gravedad del tema y a la necesidad de crear un plan conjunto, en la “Mesa de trabajo para la ciberseguridad del turismo” también estuvieron presentes el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Ricardo Sheffield Padilla; Alejandro Canales Cruz, director general de Gestión de Servicios, Ciberseguridad y Desarrollo Tecnológico de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC); Jacobo Bello, titular de la Guardia Cibernética de la Dirección General Científica de la Guardia Nacional; Nahum Enrique Montoya Iribe, director general de Tecnologías de la Información de la Secretaría de Economía (SE), entre otras autoridades.
En entrevista con La Razón, el presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Viaje (AMAV), Eduardo Paniagua, compartió que durante los últimos nueve años los fraudes han tenido un incremento exponencial, pues durante el 2013 se cometía en promedio uno por día, mientras que el 2019 concluyó con un promedio de 250 por hora y en este año la cifra ha alcanzado 450 cada hora.
A pesar de que las plataformas digitales facilitaron la realización de diversas actividades y operaciones, el empresario remarcó que también se convirtieron en herramientas para los delincuentes que cometen estos delitos, apoyados en estrategias psicológicas y tecnológicas.
Derivado de “la mala costumbre” que tienen varios usuarios de redes sociales al compartir públicamente detalles de su vida diaria, los criminales tienen la posibilidad de determinar sitios frecuentados, personas con las que se convive y qué actividades se realizan.
La petición es trabajar de manera conjunta. Hoy todos estamos haciendo un esfuerzo para alertar a los turistas de que tengan cuidado con los fraudes de todo tipo, pero desafortunadamente no hemos logrado esa unidad
Con esta información, dijo, ellos tienen la posibilidad de facilitar las estrategias de manipulación y posterior presión para que los viajeros realicen pagos y, de esa forma, se conviertan en víctimas de los fraudes cibernéticos.
Eduardo Paniagua puntualizó que esto no sólo afecta los bolsillos de los turistas, sino a los sitios que los delincuentes utilizan para atraer a las personas, pues principalmente recurren a la imagen de sitios de marcas conocidas para generar confianza, al ser sitios de alta afluencia, “lo que más vende”.
Estimaciones de la AMAV refieren que este tipo de ilícitos merma en más de 451 millones de pesos a la región latinoamericana; sólo en México representa una evasión fiscal por 30 millones de pesos, ocupando el primer lugar, razón por la cual el empresario se refirió a esta práctica, en declaraciones previas, como “un cáncer que afecta a la actividad turística a nivel mundial”.
Para este año, la Secretaría de Turismo estima la llegada de 42 millones 124 mil viajeros internacionales, y se captarán 25 mil 370 millones de dólares, razón por la cual se impulsarán diversas actividades.
En este contexto, la AMAV presentó, ante la “Mesa de trabajo para la ciberseguridad”, dos propuestas y una petición; la primera consiste en implementar una campaña a nivel nacional para concientizar y alertar a la población, para evitar que se convierta en víctima de fraudes cibernéticos.
La segunda consiste en impulsar cambios al Código Penal Federal y homologarlo con las legislaciones estatales, con el fin de definir el fraude cibernético y tipificarlo como un delito sin derecho a fianza, que incluya el congelamiento preventivo de cuentas bancarias de los responsables.
Finalmente, Eduardo Paniagua solicitó agendar una cita con la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados, para analizar y modificar la Ley Federal de Turismo, con el propósito de agregar que las agencias de viajes cuenten con el estándar 683 para obtener su Registro Nacional de Turismo (RNT).
“La petición es trabajar de manera conjunta. Hoy todos estamos haciendo un esfuerzo para alertar a los turistas de que tengan cuidado con los fraudes de todo tipo, pero desafortunadamente no hemos logrado esa unidad. La petición es trabajar en un solo sentido”, mencionó.
En la reunión emergente de ayer, el titular de la Sectur, Miguel Torruco Marqués, señaló que en México existen 96.8 millones de usuarios de cualquier dispositivo electrónico, lo que representa alrededor de 74 por ciento del total de la población.
Refirió que, ante el impulso de las nuevas tecnologías y en medio de la pandemia, las “malas prácticas en el uso de recursos digitales” cobraron mayor relevancia, por atentar contra la privacidad y la ciberseguridad de las instituciones, empresas y personas.
Entre esto, destacó que la situación afectó al sector turístico, al dañar a las agencias de viajes y “la ilusión” de los viajeros, que van en busca de disfrutar su estancia en algún sitio.
En la reunión estuvieron presentes el subsecretario de Turismo, Humberto Hernández Haddad; y representando al sector empresarial, el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), José Héctor Tejada Shaar.
Así como representantes del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM), Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras (ANCH), la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (Canapat) Federación Mexicana de Asociaciones Turísticas (Fematur) y Grupo Mexicano de Asociaciones de Agencias de Viaje y Empresas Turísticas (GMA).
Recomendaciones
Para evitar fraudes en paquetes vacacionales, el comprador deberá:
Acceder sólo a páginas web de negocios establecidos y reconocidos
Comprobar la veracidad del sitio y el comercio
Acudir a una agencia de viajes legalmente establecida donde brinden información clara y transparente
Evitar realizar depósitos en tiendas comerciales o transferencias, hasta que no esté totalmente seguridad de la veracidad de la agencia que contactó
“Me pidieron un depósito; después ya no contestaron”
Maricela, quien radica en la alcaldía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, compró hace unos meses un paquete turístico a una supuesta agencia de viajes con sede en Cancún.
“Todo lo hice por Internet; me pidieron hacer un depósito de 12 mil pesos, me proporcionaron la reservación, los datos del hotel y, acercándose la fecha para mis vacaciones en Cancún, llamé al hotel para preguntar si contaban con silla de ruedas para mi mamá.
“Me informaron que no me tenían registrada, tampoco el depósito, nada; después llamé a las supuestas oficinas corporativas y me comentaron que lo estaban checando y que estaban apenados… Después ya no me contestaron, no hubo forma alguna de localizarlos”, comentó.
Todo lo hice por Internet; me pidieron un depósito de 12 mil pesos, me proporcionaron la reservación. Llamé (…) y me informaron que no me tenían registrada, tampoco el depósito, nada. Después ya no contestaron
Maricela, Testimonio anónimo
Consultada por La Razón, Nancy Briseño, de la agencia de viajes Chanel, recomendó siempre revisar la lista de las agencias de viajes en la Secretaría de Turismo, y preferentemente también acudir a las instalaciones de la propia empresa y pedir referencia en los alrededores.
“La gente debe cerciorarse en la dirección… porque uno está acostumbrado a hacer todo desde el celular y da flojera ir al lugar, pero es necesario, porque finalmente la página web puede ser falsa”, apuntó.
Los fraudes, sin embargo, no sólo se dan por falsas agencias en el proceso antes de viajar, sino que también hay con los propios servicios contratados.
“Sonia” —nombre ficticio, a petición suya— también contó que fue víctima de un fraude por parte de una cadena hotelera. Comentó que viajó a Cancún y firmó un contrato en el que pagó 100 mil pesos para que, cuando ella viajara, se pudiera hospedar en esa cadena.
(La agencia) decía que ya había regresado el dinero, pero nunca llegó. Se echaban la culpa entre la aerolínea, la agencia y el banco, pero jamás me regresaron mis 50 mil pesos.
Eduardo, Testimonio anónimo
Posteriormente, trató de hacer efectivo el contrato, pero le comentaron que no aplicaba de esa manera y le ofrecieron un acuerdo en el que le pidieron 60 mil pesos adicionales. No aceptó. Posteriormente, unas personas se comunicaron con ella e intentaron extorsionarla por medio de amenazas.
Al igual que “Sonia”, también “Eduardo” perdió una gran suma de dinero al intentar realizar un viaje.
Dijo a La Razón que, a través de una agencia de viajes con reconocimiento nacional, compró unos vuelos en enero del 2020, pero se cancelaron por la pandemia, al tratarse de un viaje internacional.
Le comentaron que tenía hasta el 31 de diciembre del 2021 para reagendar, “pero nunca me reagendaron, porque eso era problema de la aerolínea y en la aerolínea me dijeron que era de la agencia. Nadie dio respuesta”.
La gente debe cerciorarse en la dirección… porque uno está acostumbrado a hacer todo desde el celular y da flojera ir al lugar, pero es necesario, porque finalmente la página web puede ser falsa
Nancy Briseño, Agencia de viajes Chanel
Narró que, debido a dicho atropello, levantó una denuncia ante Profeco, “pero no me dieron respuesta por la misma contingencia y todo tenía que ser bajo correo electrónico”.
Después, la agencia le decía que ya había regresado el dinero a su banco, “pero nunca llegó y jamás quisieron darme un comprobante. Fui al banco y me dijeron que nunca llegó. Se echaban la culpa entre la aerolínea, la agencia y el banco, pero jamás me regresaron mis 50 mil pesos, ya que después argumentaron que el periodo ya había pasado”. La Razón/Yulia Bonilla Foto: Cuartoscuro