- Desde Veracruz hasta Baja California, cada vez es más frecuente que delincuentes utilicen el vehículo para matar, atacar y robar en el país
La mañana del 26 de mayo en Acayucan, Veracruz, un par de delincuentes que viajaban en una motocicleta llegaron al salón de fiestas donde se encontraba Clemente Nagasaki, presidente del DIF municipal. Uno de los agresores ingresó al lugar y, en pleno evento público, asesinó al funcionario a balazos.
Si bien el crimen de Nagasaki se considera el de mayor impacto en el sur de Veracruz en lo que va de este año, las autoridades alertaron sobre un fenómeno que está en boga: cerca del 90 por ciento de los ataques armados en esta región se cometen por motociclistas, los cuales huyen casi siempre.
Hasta agosto del 2022, el Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos contabilizó más de 46 homicidios cometidos a bordo de motos en los municipios de Minatitlán, Acayucan, Agua Dulce, Las Choapas, Nanchital y Cosoleacaque.
En todos estos municipios es común que motociclistas ataquen negocios. Como en Minatitlán, donde balearon un hotel, una clínica de ginecología, un acuario, una tortillería y un negocio de carnitas. La razón: no pagar derecho de piso. El propio gobernador Cuitláhuac García ha reconocido que el delito principal en Veracruz es la extorsión.
Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador de Michoacán, también admite que, en las ciudades más pobladas del estado, la motocicleta se ha convertido en un vehículo muy utilizado para robar y matar. Por ello, en marzo, propuso una iniciativa de ley para que los motociclistas portaran su número de placa en cascos y chalecos. La propuesta, sin embargo, no fue bien recibida por las asociaciones de motociclistas y todavía se trabaja en una que “no vulnere” los derechos humanos.
Según información del diputado morenista Juan Carlos Barragán, el 90 por ciento de las motocicletas no se registran en el padrón vehicular michoacano. De ahí que sea común el robo y el homicidio en Zamora o en Jacona con ayuda de una motocicleta. En un operativo que se realizó en enero en ambos municipios, las autoridades decomisaron 81 motos. La mayoría tenía alteraciones en sus medios de identificación.
Los vacíos reglamentarios (la falta de un registro confiable y permisos de otras entidades) también son aprovechados por los delincuentes en Ciudad de México. De ahí que los ilícitos cometidos a bordo de motocicletas se hayan incrementado en 2022, en comparación con los tres años anteriores. Según el informe de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), actualmente, ante el Ministerio Público, son presentadas 7.3 motos al día (en 2021 se presentaban 6.1).
Consultado por MILENIO, el presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de CdMx, Salvador Guerrero, cree que, como primer paso, autoridades y concesionarios deben acordar que las motocicletas se emplaquen inmediatamente después de la compra. El diputado local Gonzalo Espina, por su parte, ha presentado una iniciativa para la instalación de un chip y la creación de un registro electrónico. En la capital, donde viven casi nueve millones de personas, hay más de 400 mil motos registradas, según la Secretaría de Movilidad.
En Sinaloa, donde apenas viven tres millones de personas, las motos registradas pasaron de 100 mil 288 en 2018, a 142 mil 375 en 2021. El aumento va de la mano con los asaltos cometidos sobre todo en Culiacán, donde se concentra el 33 por ciento de las motos. Es recurrente que en las paradas del transporte público se les sorprenda a estudiantes y a trabajadores. Los testimonios de asaltos contrastan con la autoridad local, que niega el repunte de casos porque no se presentan denuncias.
“En la esquina de mi casa, unos motociclistas han robado a tres personas”, denunció Guadalupe, vecina del sector Barrancos.
En días recientes circuló un video de 29 segundos donde se observa cómo dos agresores, en el sector Nuevo Culiacán, someten a un joven y le quitan su teléfono. Forcejearon, lo amenazaron y después se retiraron.
Pedro César Rojas Ibarra, secretario de Seguridad Pública y Tránsito de Culiacán, considera que muchos de los delitos se están cometiendo en motos robadas, razón por la cual están haciendo operativos para sacar de circulación a los vehículos que no están en regla.
En San Luis Potosí se tiene el dato de que en el 80 por ciento de los asaltos y ejecuciones se han utilizado motos. Uno de esos ataques armados ocurrió en Rioverde, en julio:se atentó contra personal de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas y colectivos de madres buscadoras.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el periodo de enero a septiembre de 2022, se han robado mil 153 motocicletas en San Luis Potosí. De estos robos, 221 fueron con violencia. La mayoría de las unidades hurtadas se utilizaron para delinquir.
“Yo todavía no la había terminado de pagar en Elektra cuando me la robaron”, se quejó una de las víctimas. “La seguí pagando porque me amenazaron”.
También se han denunciado casos de “levantones”. El 31 de agosto, según se observa en un video de seguridad, dos hombres en moto trasladaron un cuerpo que tiraron en la banqueta de una colonia céntrica en la capital potosina.
El mismo fenómeno está ocurriendo en Cajeme y Empalme, los municipios sonorenses con más asesinatos realizados por los que llaman “motosicarios”.
Uno de los primeros casos que cobró relevancia en Empalme sucedió en junio de 2019: mientras trasladaba el cuerpo de su hijo de 16 años al panteón municipal, una mujer fue asesinada a balazos por unos motociclistas. El joven falleció a manos de otros hombres también abordo de una moto. Con el mismo modus operandi, en febrero de 2022, fue acribillado el comunicador Jorge Camero, quien estaba en un gimnasio.
A mil kilómetros de Sonora, en Tijuana, los asesinatos con la ayuda de motocicletas también incrementaron. En lo que va del año suman 54 ataques. En algunos casos han usado mochilas y ropas rotuladas con el nombre de aplicaciones móviles que se dedican a la entrega de alimentos.
De acuerdo con la Fiscalía de Baja California se han cometido 31 asesinatos con ese modus operandi, conocido en Tijuana como: “el estilo Colombia”. En todos los casos, son hombres los agresores.
En Cancún también se le llama “el estilo Colombia”. Según la fiscalía local, cuatro de cada diez asesinatos en Cancún se cometen por agresores a bordo de motos en movimiento.
En Guanajuato no hay cifras del número de delitos cometidos por tripulantes de motos, pero ciudadanos reconocen sentir miedo cuando motociclistas se detienen junto a ellos.
“Siempre voy volteando en la calle con miedo, más cuando veo que se acerca una moto”, dice Josefina, quien fue asaltada junto a su hija por dos motociclistas.
“La nueva modalidad del delito es en moto”, dice David Saucedo, especialista en seguridad guanajuatense. Las ciudades donde más se cometen delitos en motocicletas son las del corredor industrial: Celaya, Salamanca, Irapuato y León.
En los reportes policiales de Tlaxcala, cada vez es más frecuente el registro de delincuentes que usan las motocicletas para delinquir. Sergio González, secretario de Gobierno, lo reconoció en agosto, aunque el problema viene desde 2020.
El mismo modus operandi se ha visto en Tlaxcala, Chiautempan, Apizaco, San Pablo del Monte, Cuapiaxtla, Altzayanca, Contla, Zacatelco, Ixtacuixtla, San Martín Texmelucan (Puebla) y Tepetitla.
Otra zona donde la motocicleta es personaje central en los robos es en Huajuapan de León, Oaxaca: cada mes se cometen 14 asaltos en esa modalidad.
Cristian Reyes, comisario de Seguridad Pública, dice que un 60 por ciento de las víctimas han referido violencia. “En esta zona no ocurrían delitos y ahora llevamos más de 40 casos en pocos meses”.
En el Istmo de Tehuantepec también ha incrementado la violencia. En lo que va del 2022 se tienen reportados 33 homicidios y más de 256 lesiones dolosas. Los municipios con mayor aumento de estos delitos son: Salina Cruz, Tehuantepec, Juchitán y San Pedro Tapanatepec en la zona oriente de Oaxaca.
Sólo en Baja California Sur y en Campeche se ha reducido el robo de motos, pero ello aún no contribuye a la disminución de la violencia.
Milenio/Margarita Rojas, Said Betanzos, Rocío López, Gabriela Medina, Ana Laura Vásquez, Gaspar Vela, Avelina Guevara, Fluvio César Martínez, Manuel Aceves, Francisco Valenzuela, Efraín Benítez y Lesli Aguilar