Una plática entre dos de los más grandes cineastas contemporáneos que ha tenido México en los últimos años, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñarritu tuvo lugar con el motivo de comentar sobre la más reciente película del último, Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades.
En la breve pero profunda conversación, el diálogo explora las raíces de la cinta que está plagada de surrealismo, reflexión e intimidad con su creador.
“Yo creo que lo más difícil de esculpir en el mundo es una duna de arena porque la esculpe el aire, el viento, el agua, el animal que pasa y lo que estás tratando de esculpir aquí es una vida, una duna de arena”, inicia el realizador tapatío mientras dirige su atención a Inárritu, quien asiente la alegoría. “
Para mí, Bardo es un paseo por la conciencia, el subconsciente, las memorias y los sueños de Silverio Gama; es un personaje que está despertando del matrix, está despertando de cosas y está cuestionando todos los attachments políticos, ideológicos, nacionalistas, territoriales, familiares”, continúa por su parte Alejandro.
Más adelante, el autor de la cinta comenta que hay una gran reflexión incluso de su vida dentro de la obra, pues comenta que viene una frase dicha por su padre y agrega que hay gran parte de sus sentimientos al ser migrante, cosa que comparte con el protagonista de su cinta interpretado por el actor Daniel Giménez Cacho.
Por otro lado, el realizador tapatío hace alusión a la madurez cinematográfica que nota en la cinta por parte de González Iñárritu, pues considera que ha afinado su lenguaje y también el flujo de la película así como el tono.
La conversación entre estos dos grandes directores nacionales fue publicada por Netflix en su canal de Latinoamérica, además la cinta ya se encuentra disponible en su plataforma de streaming y en algunas cuantas proyecciones aún en salas de cine del país. 24 HORAS/Alan Hernández