Columna: En la Casa Blanca Martha Aguilar elindependiente.com.mx
“Hay que diseñar un plan de contrainsurgencia para México… es hora de llevar la pelea a casa de los cárteles” dice Michael Waltz, congresista republicano por Florida, ex miembro del ejército estadounidense y muy cercano al departamento de la Defensa, pues realiza contratos millonarios con este sector, el último, obtuvo 25 millones de dólares por la venta de Metis Solutions, una empresa contratista de defensa.
En entrevista con la cadena Fox News, la favorita de Trump y varios republicanos, Michael Walts afirma que ya es hora de llevar esta pelea a la casa de los cárteles. A pregunta directa “¿Usted pondría soldados estadounidenses en México, disparándoles enojados a los miembros de los carteles?” Waltz corrige y aclara que no se trata de colocar “cientos de miles de soldados estadounidenses en el terreno, sino más bien (recuperar) lo que hicimos en Colombia”. Es decir, el chiste es no perder vidas estadounidenses, no se trata de eso.
Estas “ocurrencias” republicanas saltan como plaga en esta época de campaña, sobre todo cuando se va acercando noviembre, que es fecha en que aventarán toda la carne al asador. Este tipo de argumentos militaristas, de hacerle al Rambo en el extranjero, pegan en un electorado que ama estas ideas, creen que lo que ven en sus películas de acción se hace realidad en otros países. Pero la salida de Afganistán, el fracaso más reciente, les dice lo contrario. Sin embargo, buena parte de los políticos estadounidenses insisten en esta solución militar para México. Recientemente a Trump se le ocurrió la idea de lanzar misiles a México, según él dirigidos directamente a los cárteles. Waltz opina que solo “es cuestión de tiempo para entrar a México”, para intervenir militarmente en el país.
Les preocupa la inestabilidad de la frontera sur con México y dicen estar también inquietos por la seguridad interna de este país, y por eso sugieren repetir la experiencia de Colombia, retornar a la Iniciativa Mérida donde la primera etapa del presupuesto fue de 1 500 millones de dólares, y de éstos, 500 millones de dólares se destinaron a la compra de armamento militar. Es decir, se regresaron a manos de la Defensa estadounidense, Negocio completo.
Y total, la historia es de sobra conocida, México incrementó sus niveles de violencia, así como los miles de muertos. Y Michael Waltz se dice muy preocupado por esto, casi al borde de la angustia afirma que le preocupa la violencia de su vecino del sur. Eso sí, los estadounidenses siguen colocando su consumo de drogas en el primer lugar en el mundo.
Y ahí está el detalle, lo único que les interesa a todos los políticos estadounidenses y en campaña, es que no entren más drogas a su país, “caiga quien caiga” y así tengan que morir miles de mexicanos, lo importante es que no mueran en su país… bueno, eso dicen. Por esta razón, les duele que la unidad de investigaciones especiales de la DEA en México fuese cerrada. Era el único bastión de inteligencia y se los quitan y por ello, los senadores de Estados Unidos pidieron explicaciones a la directora de la DEA, Anne Milgram, a fin de aclarar qué pasó con este cierre en 2021.
Pero ¿qué quiere Michael Waltz en México? Además de la intervención, al parecer desea dar un empujón a sus negocios. De acuerdo a Fox News, las ganancias del sector de la Defensa en 2020 fueron de 25 mil millones de dólares, un 61% menos de lo que se percibió en 2019. De ahí que Waltz insiste en que la seguridad mexicana requiere de “acción inmediata”. Dos pájaros de un tiro, hace campaña y, si pega, también haría muy buenos negocios. “Necesitamos aprovechar nuestros activos de seguridad nacional…hay que enfrentar estos grupos paramilitares que están desestabilizando porciones de nuestro territorio y del territorio de nuestro vecino, no podemos encoger los hombros… No está funcionando”.
La pregunta es si de verdad le interesa la seguridad nacional de su país ¿por qué no invertir ese financiamiento que quiere destinar a México a una estrategia interna en Estados Unidos contra las drogas?
Las agencias de inteligencia presumen el absoluto control que tienen sobre las redes sociales, el FBI y el ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) aseguran tener el registro de todos los ciudadanos de su país, desde nombre, dirección, hasta los servicios que tiene contratados (luz, gas, teléfono, etc.) y las placas del auto que manejan. Entonces ¿por qué no emprenderla en contra de los dealers estadounidenses? Bueno, el atentado de Uvalde, Texas pone en duda sobre el rastreo de los “hombres malos”, Salvador Ramos subió a Facebook sus intenciones asesinas, y nadie se dio cuenta.
Si quieren gastar, no estaría mal que educaran a su electorado, tienen muchos adictos y no solo a las drogas, también a las armas. Educar no es interferir con la privacidad.
Hay preguntas sin respuestas, ¿por qué tanta preocupación por la violencia ajena y no por la propia? La violencia armada en Estados Unidos es de origen interno (no es importada, como suelen justificar). En los “hombres buenos” respetuosos de la ley, algo les detona por dentro y por alguna razón, su status cambia a “hombre malo” y deciden matar, asaltar, también son criminales y peligrosos.
Si de verdad Michael Waltz cree en la “teoría” del hombre bueno con armas que acaba con el hombre malo armado, y quizá lo cree al cien por ciento, dado su compromiso y sus negocios con la industria armamentista, pues está perdido. En Estados Unidos tienen graves problemas de crimen organizado, violencia, consumo de drogas fuera de control que no van a solucionar ni siquiera invadiendo a Marte.
Se entiende que es campaña, pero hay que reconocer que tiene éxito, jala electores, y lo peor es que sí creen en los slogans que les avientan: el hombre bueno- hombre malo, los misiles hacia México, que los mexicanos son violadores, ladrones, drogadictos, aunque todavía creen en la amenaza comunista de los años cincuenta.