Columna: Seguridad y Defensa Carlos Ramírez @carlosramirezh
El viaje de la líder demócrata Nancy Pelosi a Taiwán no sólo provocó un desequilibrio en la estrategia militar de seguridad nacional de Estados Unidos en su relación con China, sino que podría hacer la prueba de la incapacidad del presidente Joseph Biden para aspirar a la reelección en 2024.
El problema de la reina Pelosi se localiza en que su cargo como vocera de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes no le otorga ninguna función en los objetivos de política exterior del Estado y que el poder legislativo participa en la diplomacia a través de la poderosa comisión senatorial de asuntos geopolíticos del Senado.
El Gobierno de Biden está dejando muchos fierros en la lumbre: la crisis en Ucrania fue azuzada por Estados Unidos, pero no quiere intervenir de manera directa para apuntalar al desprestigiado Gobierno ucraniano. Y de manera simultánea en tiempos estratégicos, la reina Pelosi abofeteó al Gobierno de Beijing y obligó a la Casa Blanca a organizar de manera urgente una estrategia para fortalecer al mediocre Gobierno de Taiwán.
Y por si fuera poco, la Casa Blanca anunció el asesinato de la figura más importante de Al Qaeda en Afganistán, aunque con ello instigó de nueva cuenta el fantasma del terrorismo talibán que necesitaba una justificación para regresar a las andadas. A nadie debe sorprender si pronto los grupos terroristas incrementan su actividad clandestina en Estados Unidos.
Y del lado americano, Biden fue llevado a la orilla del abismo del Mexit: o le aplica sanciones graves a México en materia arancelaria y afecta miles de millones de negocios estadounidenses en el mercado mexicano o renegocia de alguna manera los enfoques nacionalistas del presidente López Obrador.
Biden ya perdió el control de su política exterior.
ZONA ZERO
Las autoridades capitalinas y federales están aumentando los filtros de seguridad para evitar que la Ciudad de México sea un nuevo territorio en manos del narcotráfico, pero al mismo tiempo existen algunas alertas en el ambiente que estarían perfilando episodios de violencia en la guerra ya declarada entre el Cártel Jalisco y el Cártel de Sinaloa por el control de la plaza de la capital de la República. La alerta se encendió por los indicios en el aumento de la venta de droga al menudeo en las calles capitalinas.
