- Devastación en Bohorodychne, ciudad de la región de Donietsk bombardeada por fuerzas rusas que recién fue recuperada por el ejército ucranio, el 20 de diciembre de 2022
Moscú
Al cumplirse ayer 300 días de guerra entre Rusia y Ucrania, sus presidentes, Vladimir Putin y Volodymir Zelensky, respectivamente, coincidieron en dejar constancia de cuánto se preocupan por quienes están dispuestos a morir por su causa.
El primero, en una ceremonia que distinguió a personalidades de diversos ámbitos, condecoró a los gobernantes impuestos en las cuatro regiones que Rusia se anexionó en septiembre pasado y, el segundo, a los soldados ucranios que resisten los embates de las tropas rusas en la ciudad de Bakhmut, la zona donde se concentran los combates más intensos en toda la línea del frente de mil 400 kilómetros de extensión.
“No es la primera vez que nuestro país tiene que superar desafíos y siempre ha sabido defender su soberanía. Rusia, ahora, hace frente de nuevo al mismo desafío”, destacó Putin en un breve discurso.
El presidente ruso dedicó unas palabras a los soldados que están en los campos de batalla: “hoy, en estos tiempos de grandes dificultades, resuelven las tareas más complejas, responsables y peligrosas”. Para él, todos ellos son “verdaderos héroes” que se exponen al peligro “cada segundo”.
Putin entregó la Orden al Mérito ante la Patria en primer grado a los dirigentes pro rusos de Donietsk, Denis Pushilin, y Lugansk, Leonid Pasechnik, mientras los encargados de Jersón, Vladimir Saldo, y de Zaporiyia, Yevgueni Balistky, recibieron la misma condecoración, pero de tercer grado.
El titular del Kremlin también distinguió a Margarita Simonian, directora general del canal de televisión RT, quien al recibir su condecoración agradeció a Putin por “arrancar de las fauces sangrientas de estos caníbales (los ucranios, según ella) a nuestra gente. Gracias por decidirse a hacer esto, aunque no se puede evitar el dolor, la sangre. Y nosotros le ayudaremos a exterminar a los caníbales tanto como usted nos indique”.
Para este miércoles, al reunirse con la plana mayor del ejército ruso, el mandatario hará un balance de este año y establecerá los objetivos militares para 2023, informó el servicio del prensa del Kremlin. Se espera que el titular de la cartera de Defensa, Serguei Shoigu, rinda un informe acerca de “los avances de la operación militar especial” en Ucrania.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, de acuerdo con reportajes de la televisión de su país, efectuó una rápida visita a Bakhmut para condecorar a los militares que ofrecen una “lucha heroica” contra las tropas rusas que “desde mayo intentan tomar esta ciudad (de la región de Donietsk), pero el tiempo pasa y no pueden”.
Según Zelensky, “desde el inicio de la invasión, el ejército ruso ha sufrido cerca de 100 mil bajas entre muertos y heridos” (Rusia no reconoce esas cifras).
“¿Para qué? –se preguntó–. Nadie en Moscú puede responder esta pregunta, y no lo harán. Desataron la guerra y sacrifican vidas humanas, las de otros, no las de sus seres queridos, no sus propias vidas, y ese grupo en el Kremlin no reconoce errores y cierra los ojos a la realidad”, declaró.
“La realidad habla por sí misma”, añadió Zelensky, y afirmó que “cada día de resistencia heroica de nuestras fuerzas de defensa, de todo nuestro pueblo, acerca el momento en que Ucrania pueda sentir la victoria y la paz”.
De acuerdo con la información que proporcionan tanto rusos como ucranios, en medio de ataques de artillería pesada e incursiones de uno y otro lado, Bakhmut lleva meses siendo el punto de los combates más cruentos de esta guerra con numerosas bajas por ambas partes.
Las fuerzas rusas aseguran haber entrado en los poblados cercanos a Bakhmut, mientras las tropas ucranias sostienen que todavía mantienen bajo su control esta ciudad casi en ruinas que llegó a tener cerca de 70 mil habitantes y ahora apenas se quedaron no más de 15 mil, aquellos que no pudieron o no quisieron desplazarse a ninguna parte.
Aunque en las condiciones deplorables en que se encuentra Bakhmut perdió su importancia como nudo de transportes y comunicaciones en esa zona de Donietsk, el control de la ciudad se convirtió para unos y otros en una cuestión de honor. Por esta razón, cada día se conocen noticias de combates en las afueras de Bakhmut y, en algunos de sus distritos más alejados del centro, se lucha calle por calle.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dio a Bielorrusia sistemas de defensa de misiles “S-400”, previamente rechazados por el presidente Lukashenko, sobre quien Rusia ejerce considerable presión para que abra un nuevo frente en la guerra con Ucrania. Vía Graphic News. La Jornada/Juan Pablo Duch, corresponsal Foto Afp