Con 24 años de dedicación al deporte blanco en su alto rendimiento, Federer deja todo un legado en el tenis y el deporte mundial imborrable.
El retiro oficial para Roger Federer del tenis profesional significa el adiós a una de las máximas leyendas del deporte mundial y el máximo referente del deporte blanco, el fin a una época de gloria deportiva llegó sin un final de película.
Con un total de 103 campeonatos, 20 Grand Slams y el récord de más semanas ininterrumpidas como el número uno del mundo (237), hablan por sí solos del significado de Roger Federer como uno de los más grandes en su disciplina.
A lo subjetivo que pueda tornarse el cuestionamiento sobre si es o no el mejor de la historia, para Federer hay un punto medular en su trayectoria, aparte de los títulos. Convirtió para muchos el tenis, en una expresión más cercana a lo artístico, que a lo meramente atlético.
Además de su estilo, que para muchos era el más elegante jamás visto, nos regaló una de las rivalidades deportivas más importantes en la historia, junto a Rafael Nadal, que se enfrentaron en un total de 40 finales distintas. A diferencia de la potencia física de Nadal o la mentalidad imbatible de Djokovic, a Federer siempre se le definió por su talento y clase con la raqueta.
Aunque se quedó a seis títulos de igualar la marca de Jimmy Connors como los tenistas más laureados dentro del tenis, Roger deja registros que difícilmente veremos en los próximos años romperse, como la marca de las 10 finales consecutivas en Grand Slams entre Wimbledon de 2005 y el US Open de 2007, con una cosecha en ese periodo de ocho campeonatos.
Dentro de la Era Abierta, es el tenista con más títulos obtenidos sobre cemento con 71, sumado a los 19 que conquistó en pasto. En 2006 igualó la marca del austriaco, Thomas Muster, como los jugadores que más campeonatos ganaron durante un año dentro del ATP Tour, con 12 victorias entre las que destacan Wimbledon, US Open, Australian Open, Indian Wells y el ATP Finals.
Su problema en la rodilla derecha nos privó de seguir viendo al atleta que reformó el deporte blanco, con más de 20 años en el profesionalismo, algo que hasta antes de su llegada, era impensado en los tenistas dentro del circuito de la ATP.