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viernes 22 noviembre 2024

Aumenta 53% presencia de niños migrantes en México

  • Fueron detectados más de 24 mil menores en situación de movilidad entre enero y abril de este año, de acuerdo al Sipinna

El flujo de niñas, niños y adolescentes migrantes o refugiados en México aumentó 53% en 2023 respecto del año anterior, de acuerdo con la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna).

Aarón Álvarez, director de Políticas de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes en Situación de Movilidad de la Sipinna , informó que de abril a enero de 2022 se registró un total de 15 mil 866 infantes y jóvenes en situación de movilidad en el país, mientras que para el mismo periodo de 2023 se contabilizaron 24 mil 289, es decir, aumentó 53%.

Pierre Coupeau, coordinador Regional del Proyecto Camino Protegido Plan International, señaló que antes los flujos eran de movimientos de hombres en búsqueda de oportunidades económicas nuevas en Estados Unidos. “Ahora tenemos un cambio de tendencia, vemos familias enteras, la reunificación familiar”, afirmó durante la presentación de Resultados y Recomendaciones del Proyecto.

Este fenómeno comenzó en los años noventa, con una tendencia a la alta que perdura hasta la actualidad y que ha aumentado de manera histórica desde poco antes de 2014, detalló: “Entonces, vemos a estas familias viajando para también reagruparse, reunificarse, como se dice en Estados Unidos”.

El factor de la reunificación familiar se suma a una larga lista de causas que contribuyen a que infantes y jóvenes, ya sea en familia o sin acompañante, se vean forzados a abandonar su país de origen.

“Podemos ver que hay una tendencia hacia una inestabilidad económica o dificultades adicionales económicas; no podemos negar las consecuencias también del cambio climático, los desastres naturales que tienen lugar en Centroamérica y en la región; estamos frente a una crisis también de hambre muy importante que está tocando a todos los países del mundo, en particular, en nuestra región, a Haití, primero, y Guatemala”, enlistó Coupeau.

Adicionó a la lista las altas tasas de violencia de México y Centroamérica: “Estamos, efectivamente, rompiendo récords históricos”.

Y aunque el coordinador reconoció que no es una situación uniforme a todos los países de la región, señaló que “casos como Haití o nuestro mismo país, andamos viendo las cifras en México, vemos que los homicidios suben, las violencias a niñas, niños y adolescentes suben. Eso, por supuesto, son causas para migrar”.

En este sentido, subrayó que al presentarse estos nuevos perfiles de personas en situación de movilidad, “también estamos frente a tipos de violencia y riesgos nuevos a los que se exponen estas personas”.

Robo, extorsión, agresión sexual, abuso y redes de pornografía infantil son algunos de los riesgos que destacó Coupeau entre las infancias desplazadas, que se posicionan entre los sectores más vulnerables de esta población.

“México, lamentablemente tienen una posición muy mala en términos de pornografía infantil, estamos en los primeros países con mayor pornografía infantil”, detalló.

Sin embargo, el experto aclaró que el aumento de niñas, niños y adolescentes en situación de movilidad no es algo exclusivo de Latinoamérica, sino que es un fenómeno a nivel mundial, que ejemplificó con el reciente naufragio en las costas de Grecia, donde al menos 79 migrantes perdieron la vida.

“Es por todas partes, ya no son casos. Digamos, no son regiones particulares, es una crisis global que vivimos”.

Ante esto, el consorcio de fundaciones ChildFund, Educo, y Plan International, bajo el proyecto Camino Protegido, el cual busca atender las necesidades de las infancias migrantes en México, Honduras, Guatemala y El Salvador, emitió una serie de recomendaciones para esta región.

ARRIESGAN A SUS HIJOS

Frank y su esposa Rosie ingresaron a México provenientes de Haití de manera irregular. Con su hija, una bebé de brazos, atravesaron la selva del Darién, en Panamá, considerada una de las rutas de migración más peligrosas y de la que múltiples personas no han logrado salir.

Al llegar a la Ciudad de México, la pequeña, sin otra opción, esperó junto a sus padres, durante días, las largas horas de fila afuera de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), para que les dieran el documento provisional que les permitiría trabajar.

El trámite se volvió una cuestión de vital importancia para la pareja, pues al pasar del tiempo los recursos que llevaban se iban agotando.

La madre de la niña señaló que lo más urgente para ella era encontrar un trabajo, “para mantener a mi hija, porque no quiero arriesgarla más”.       24 HORAS/Valeria Chaparro

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