La hija de Silvia Pinal y Enrique Guzmán proyectó en pantallas diversos momentos de su trayectoria y premios recibidos tras el paso del tiempo
Ciudad de México
El rocanrol fue protagonista en una noche donde la rebelde cantante Alejandra Guzmán recurrió al influjo seductor de la Luna para celebrar 35 años “de pasión por la música” en la Arena Ciudad de México.
Como parte de la gira Reynísima, la noche del jueves, la intérprete brilló en color oro, con trono incluido y sus bailarines como fieles súbditos durante el concierto que abrió con la rola que da nombre al tour, además de la movida Reina de corazones y la infaltable Luz de luna.
La Guzmán, auto definida como la oveja negra de la familia, antes de cantar Mala hierba expresó: “Esta Luna brilla por toda la luz qué hay dentro. Aquí está mi madre, quien me dio la vida y las personas que más quiero de la familia”.
La cantante quien lució sexys atuendos y bailó con atrevidos movimientos, se lució entre otras canciones con La ciudad ardió, Grito en la noche, Loca, Llama por favor o Mírala, míralo y Ruge el corazón.
La hija de Silvia Pinal y Enrique Guzmán proyectó en pantallas diversos momentos de su trayectoria y premios recibidos tras el paso del tiempo. “Todo lo que soñé siempre lo alcancé gracias a ustedes y a la oportunidad de seguir viva, a pesar de tantas operaciones y aquí están los doctores que me han salvado la vida”.
En su festejo, La Guzmán también hizo cantar, bailar y hasta brincar a sus seguidores, muchos de los cuales lucieron coronas negras con luminosas luces, con otros temas como Día de suerte, en la cual fue acompañada por Río Roma, además de Ten cuidado con el corazón, Ángeles caídos, Verano peligroso, Hey güera y Yo te esperaba.
La Reina de corazones, quien dijo que ha enfrentado mareas, también complació a sus miles de seguidores con Volverte a amar, Hacer el amor con otro y Eternamente bella en una noche de festejo y rocanrol. La Jornada/Ana Mónica Rodríguez Foto tomada de X @Al3jandraGuzman