- La cifra de muertos por el terremoto en Turquía, que también azotó Siria, sigue en aumento y al momento suman 3 mil 55
En Turquía se declararon 7 días de luto por las víctimas del terremoto de magnitud 7.8 que dejó más de 3 mil muertos, incluyendo a las víctimas en Siria, de acuerdo con el último balance de las autoridades.
Al menos mil 762 personas murieron en Turquía, epicentro del sismo, de acuerdo con el servicio de emergencias, mientras que más de 11 mil personas resultaron heridas.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró siete días de luto por las víctimas. “Nuestra bandera estará izada a media asta hasta la puesta de sol del domingo”, dijo en un tuit.
El balance de las víctimas ha ido agravándose debido al alto número de edificios derrumbados, unos 3 mil 471 según las autoridades, en ciudades como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir.
En tanto, en Siria el sismo causó al menos mil 293 muertos y más de 2 mil 400 heridos. El Ministerio de Salud sirio informó de 593 personas muertas y mil 403 heridos en las zonas bajo control del gobierno en este país en guerra.
Los Cascos Blancos, que operan en las partes de Siria en manos de los rebeldes, indicaron que hubo al menos 700 muertos y más de mil 50 heridos en esos sectores.
“La situación es muy grave, muchas personas siguen todavía bajo los escombros de edificios”, declaró el cirujano Majid Ibrahim, desde el hospital Al Rahma de la ciudad siria de Darkush.
El temblor se sintió a las 04:17 horas locales (01:17 GMT) y se produjo a una profundidad de 17.9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en el sureste de Turquía, a unos 60 kilómetros de la frontera siria.
Se registraron unas 50 réplicas, entre ellas una de magnitud 7.5 que golpeó la zona nueve horas después, a cuatro kilómetros al sureste de Ekinozu.
Turquía está situada en una de las zonas sísmicas más activas del mundo.
Expertos llevan tiempo advirtiendo que un sismo de gran magnitud podría devastar Estambul, que ha permitido construcciones generalizadas sin precauciones. Excélsior/J. Campuzano|AFP