- Producción de heroína y fentanilo
El año de 2019 fue un año clave en el mercado de consumo de drogas más grande del mundo: Estados Unidos. En ese año, el consumo de fentanilo se extendió en 17 de las 23 Divisiones Operativas de la DEA en ese país, igual sucedió con la heroína, esto dio como resultado que algunos estados presentaron un alto consumo de estas drogas. Algo estaba sucediendo. Muy pronto, el Sistema de Información del Laboratorio Forense Nacional (NFLIS) analizó los decomisos, y lo que resultó fue que New Jersey, Nueva York, Ohio y Pennsylvania fueron los estados que arrojaron mayores reportes de presencia de heroína y fentanilo. El problema comenzó a crecer y los números de muertos también.
La Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2020 realizado por la DEA, ofrece una visión muy amplia y documentada de cómo creció la oferta de drogas en ese país, cómo aumentó la demanda, y cómo surgió la combinación mortal fentanilo-heroína que ocasionó la muerte de poco más de 208 mil adictos de 2020 a 2022 en Estados Unidos. La increíble voracidad del consumo estadounidense impuso importantes cambios en el mercado de la oferta, los carteles mexicanos desplazaron a China, y los carteles colombianos se entendieron con los mexicanos para abastecer de cocaína a su cliente principal: Estados Unidos. Los gigantescos carteles se apropiaron del mercado estadounidense y nunca lo van a soltar, es un hecho.
En 2019 la DEA incautó un total de 6 951 kilogramos de heroína, una de las mayores cantidades decomisada en Texas, California, Arizona y Nueva York. El informe señala que “California, Texas y Arizona son los principales puntos de entrada de la heroína que viene de México y sirven como punto de transbordo para iniciar la distribución a los mercados internos en todo Estados Unidos”. Nueva York se consideró como el punto más importante y centro de distribución en ese país, según el informe. Y si en estos estados entra la heroína, allí es donde cobra importancia la labor del “mediador” o “bróker”, quien vive en Estados Unidos y hasta se mimetiza en diferentes niveles de la sociedad estadounidense. Igual en 2019, los decomisos de fentanilo de la DEA alcanzaron su punto más alto desde 2015, para entonces la agencia decomisó 3 138 kilogramos de fentanilo y derivados de fentanilo compuesto. En ese año, los estados que registraron mayores incautaciones de este opioide se agruparon a lo largo de la frontera Suroeste y también se ubicaron en el Atlántico Medio, los Grandes Lagos y el noreste de EU.
Al seguir sobre un mapa los decomisos de fentanilo y heroína, se puede observar el flujo continuo de estas drogas desde los estados de la frontera suroeste y cómo se distribuyen por todo el país. El mercado interno de fentanilo coincide con el de heroína en polvo y esto lo reportan las Divisiones de la DEA de Nueva Inglaterra, New Jersey, Nueva York y Filadelfia en el noreste del país; y St. Louis y Chicago en el medio oeste. A la vez, la presencia del fentanilo en los mercados de heroína en polvo coincide con las tasas más altas de muertes por sobredosis. En Youtube es posible observar los videos que muestran algunas calles de Filadelfia donde los adictos caminan como “zombies”, gracias al consumo del fentanilo combinado con otras drogas.
Uno de los detalles más interesantes que arroja este informe de la DEA es que, según las pruebas de laboratorio aplicada a la droga incautada, se indica que la heroína raramente es mezclada con el fentanilo a nivel mayorista. Esto apunta a que las “organizaciones de tráfico de drogas dentro de Estados Unidos y los traficantes al menudeo (dealers) son los responsables de mezclar fentanilo con heroína a nivel local y regional para el consumo minorista”. Esta mezcla, permitió a los traficantes (de Estados Unidos) maximizar sus ganancias y hacer rendir sus suministros de heroína. Los análisis revelan que el uso de esta mezcla de fentanilo-heroína es cada vez más amplio a nivel minorista, además el fentanilo no rebaja la calidad de la heroína, al contrario, mantiene la calidad del producto, por esto es la combinación preferida por el cliente, y el cliente manda.
Durante la pandemia, en junio de 2020 la DEA informó que la disposición de fentanilo disminuyó mientras que en otras 10 Divisiones Operativas se incrementó la disponibilidad de heroína y su precio. Hay que recordar que los traficantes necesitan menos cantidad de fentanilo para aumentar el potencial de la heroína, así que el mercado de esta combinación fatal se consolidó y los traficantes de drogas de Estados Unidos se adaptaron a los cierres estatales dentro del país y las restricciones fronterizas emitidas por México y Estados Unidos. Otro dato que indica el ritmo en ascenso del consumo de estas drogas son las muertes por sobredosis, en 2019 los decesos por consumir la mezcla de fentanilo-heroína aumentaron de 8, 091 a 9,038. Pero la combinación que se llevó a la tumba a más adictos fue el fentanilo con opioides legales disponibles con recetas médicas. En 2016 se registraron 19,413 muertes por esa combinación, para 2017 se disparó a 28, 466 decesos y en 2018 fueron 31, 335 muertes. Cabe recordar que la combinación fue “descubierta” por traficantes de drogas que viven dentro de Estados Unidos.
Producción de heroína y fentanilo
La DEA señala que el 92% de la heroína disponible en Estados Unidos es de origen mexicano. A partir de 2017, la producción de esta sustancia sufrió algunos cambios, en ese año la producción de heroína pura en México llegó a su tope con 111 toneladas métricas, en 2018 bajó a 106 toneladas y para 2019 la producción cayó a 78 toneladas. La explicación es que el uso del fentanilo aumentó el rendimiento de la droga y por eso bajó la producción. Es importante señalar que, de esas 78 toneladas de heroína, la DEA decomisó 2, 580 kilos en 2019 (en 2018 fueron 2, 317) quizá solo parte de esas 78 toneladas entraron a Estados Unidos, por lo que la proporción del decomiso es demasiado pobre y la inundación del mercado de consumo es más que evidente. La demanda se impone, ni modo hay que aceptarlo.
En cuanto al fentanilo, desde 2019 las Organizaciones Criminales Internacionales (TCOs mexicanas o carteles) controlan el abastecimiento de este opioide a Estados Unidos desplazando a China del mercado, los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) se hicieron cargo de la producción de fentanilo al mayoreo en forma de polvo y de pastillas. De acuerdo al reporte de la DEA, las TCOs mexicanas tendrán un impacto directo en el mercado de fentanilo en los Estados Unidos en el futuro cercano (esto ya se cumplió) gracias a la gran capacidad de estas organizaciones para producir el opioide, a la infraestructura de narcotráfico existente en Estados Unidos (y le falta aceptar) a la voracidad del consumidor estadounidense.
Los carteles mexicanos
La DEA considera que son nueve las organizaciones criminales transnacionales (TCOs) mexicanas las que tienen el mayor impacto en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos: Cartel de Sinaloa, CJNG, Organización Beltrán Leyva, Cartel del Noreste y los Zetas, Guerreros Unidos, Cartel del Golfo, Cartel de Juárez y La línea, La Familia Michoacana y los Rojos. Estas TCOs tienen células de distribución en las ciudades de los Estados Unidos que le reportan directamente a los líderes de los carteles o indirectamente a través de sus intermediarios (brokers). De acuerdo a las Divisiones de Operación de la DEA, las áreas de influencia con mayor actividad de estos carteles son: en la frontera suroeste San Diego, California; Phoenix, Arizona. En la frontera sureste: Houston, Texas y en el Golfo de México, Miami, Florida. Estas zonas destacan más porque son los puertos de entrada de los cargamentos de droga. Con una actividad no tan fuerte como los puertos de entrada están: Los Ángeles, Dallas y Chicago. La División de operaciones de la DEA en Omaha y New Jersey aparecen con menor actividad de las TCOs, el resto del país está totalmente cubierto el campo por los carteles mexicanos con una actividad de distribución.
El cartel de Sinaloa es el que tiene la mayor red de influencia a lo largo de la costa oeste, medio oeste y noreste, y el CJNG es el segundo cartel mexicano más extendido en ese país. Las “filiales” de los carteles dentro de Estados Unidos trabajan en células, cada una tiene su función específica y no conocen las labores de otras células, es decir, operan como una cadena de suministro al interior del país. Los miembros de las TCOs mexicanas que viven en Estados Unidos (brokers) se encargan del transporte y la distribución de drogas al mayoreo. En tanto los grupos locales más pequeños a nivel pandillas y calle son los encargados de la distribución al menudeo.
Cocaína colombiana
El 91% de la cocaína incautada en Estados Unidos proviene de Colombia. Las TCOs colombianas controlan la producción y abastecimiento de esta droga a Estados Unidos con ayuda de las TCOs mexicanas, de ahí que éstas son las que dominan la distribución de la cocaína colombiana en el vecino país. Las TCOs mexicanas y las colombianas se entienden a través de sus “brokers” que se mueven en México, Colombia, Ecuador y Venezuela para coordinar los embarques de droga, los “pedidos” y los movimientos de dinero ilícito.
Las TCOs colombianas con mayor presencia en Estados Unidos son: Grupos Armados Organizados (GAOs) facciones disidentes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), Clan del Golfo, Clan Úsuga. Para el trasiego de drogas y el movimiento de dinero ilícito desde el sur al norte del continente, los colombianos utilizan a las TCOs de América Central. En cuanto al lavado de dinero, éste se realiza desde Cali, Colombia en donde los lavadores coordinan la recepción de las ganancias de Boston, Chicago, Houston Miami y Nueva York. Una vez recibidos, los fondos se colocan en cuentas bancarias en Estados Unidos para luego ser transferidos bajo el rubro de pagos de productos y servicios. Según la DEA, las ganancias de los colombianos llegan a unos 10 mil millones de dólares anuales por la venta de drogas en EU. Qué tal el mercado gringo, ¿como que se hacen de la boca chiquita no? El Independiente/Martha Aguilar
