Los carteles de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, las dos amenazas clasificadas como globales por la DEA, son las organizaciones que tienen controlado el mercado de consumo en los Estados Unidos, su presencia es abrumadora en el vecino país y sólo 11 estados quedaban libres en 2020 de la presencia de estos carteles. Dentro de la Unión Americana, estas organizaciones criminales controlan además de “sus plazas”, las rutas de transporte y distribución. Un ejemplo de este control es el estado de Texas, donde el gobernador Gregg Abbott dio la alarma ante la abrumadora presencia de ilegales y de las cantidades de fentanilo detectados en los decomisos en la zona de hecho, Texas es el estado que la DEA tiene clasificado como el “más caliente”, el que mayores cruces presenta de ilegales, drogas y armas.
“De todos modos, no hay nada que hacer para ganar la guerra contra las drogas” una frase que circula entre los agentes de la DEA activos en todo el mundo y que destila resignación, derrota anticipada o aceptación de la realidad, pues el tiempo y las toneladas de drogas que entran a Estados Unidos se les vino encima ante la competencia cerrada entre los carteles mexicanos por asegurar el control del mercado de consumo de drogas más grande del mundo: el vecino país del norte, peor aún, la competencia no se detiene ahí pues cada día el paso de una droga sintética a otra es más rápido de lo que se puede imaginar. Como empresarios que son, los narcotraficantes invierten en la innovación constante de sus productos, en la búsqueda de nuevas drogas que llenen el apetito de sus clientes, que no los ponga en riesgo de morir muy pronto (el fentanilo fue un caso que se generó y se salió de control dentro de Estados Unidos) y que les proporcione algo de tiempo para generar nuevos adictos. Un cliente muerto no consume.
Esa es la realidad que enfrentan los agentes de la DEA, la oferta de drogas es cada vez más veloz, cada vez hay más drogas nuevas circulando en las calles de Estados Unidos y ante ese panorama, en la agencia no hay de otra más que actuar de manera “reactiva”, desarrollar estrategias operativas que arrojen resultados contables, más rápidos y que puedan ofrecerse ante la opinión pública como un buen trabajo de inteligencia, interdicción y éxito rotundo en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, la cruda realidad la refleja la propia información que la DEA da a conocer en sus Reportes sobre las Amenazas de Drogas. En el informe publicado en 2020, la agencia ilustra en un mapa bastante significativo el avance de los carteles mexicanos en su país, en particular el dominio que ejercen el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La frontera sur, la más perforada de Estados Unidos.
En los estados fronterizos con México, California y Texas, son las entidades que tienen mayor presencia del Cartel de Sinaloa y en menor proporción del CJNG. La saturación en California es abrumadora y comprende: Imperial, San Ysidro, San Diego, Riverside, Orange County, Los Ángeles, San José, Modesto, Sacramento y Santa Rosa. En Texas, la presencia de ambos carteles se encuentra en Laredo, Eagle Pass, San Antonio, El Paso, Lubbock, Dallas, Houston y Galveston. Un total de 18 localidades en tan solo dos estados de la Unión Americana. Ahora bien, de acuerdo al reciente informe sobre la revisión de las operaciones de la DEA en el exterior dado a conocer en este mes, las oficinas de la agencia en la frontera entre México y Estados Unidos se localizan en Tijuana, Nogales, Hermosillo, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey y Matamoros. Donde se puede apreciar una mayor presencia de estas oficinas es en la zona de Texas, donde se ubican el mayor número de cruces tanto de mercancías como de personas. De hecho, en 2022 el gobernador de la entidad Gregg Abbot fue uno de los primeros que dio el “grito de alarma” el año pasado cuando pidió incluir a los narcotraficantes a la lista de terroristas debido a los números tan elevados de migrantes como el cruce de drogas. El Reporte de la DEA de 2020, coloca a Texas como el estado que tiene mayor presencia (e influencia) de las organizaciones criminales mexicanas, esto de acuerdo a la información que otorga la oficina de campo (local) de la propia agencia. En esa parte de la frontera, no hay cruce de personas, drogas o armas que no tenga el visto bueno de los narcotraficantes mexicanos, el ejemplo más reciente de la vulnerabilidad de esta zona son los grupos enormes de ilegales que lograron cruzar en tres días en el área de Río Grande, Texas en diciembre pasado.
De acuerdo a la información de las oficinas de campo de la DEA, otra de las zonas más “calientes” por la presencia de los carteles de Sinaloa y CJNG es la parte sur de California (San Diego) y el estado de Arizona, en éste último los carteles tienen su enclave en Yuma, Tucson y Phoenix. El que predomina es el cartel de Sinaloa mientras que el avance del CJNG cubre poco menos de la mitad de este territorio. Florida es también otra zona que prende la luz roja en el mapa de la DEA, la presencia del cartel de Sinaloa se encuentra en Tampa, West Palm Beach, Homestead y Miami, Orlando es “plaza” del CJNG, y Fort Myers es de Los Beltrán Leyva.
La costa este de Estados Unidos tiene una fuerte presencia del cartel de Sinaloa, solo hay dos posiciones ocupadas por el CJNG entre las dos Virginias, lo demás desde Boston, Nueva York, Washington D.C. (capital del país) Roanoke, Realeigh, Greensboro, Columbia y Charleston son territorio de los sinaloenses. En la zona de los grandes lagos, también hay “plazas” del cartel de Sinaloa en Milwaukee, Detrot y Merrillville; Chicago está dividida entre los de Sinaloa, el CJNG y un “pellizco” para el Cartel del Golfo. El resto del país está controlado por el cartel de Sinaloa, el CJNG y en menor medida por los Beltran Leyva y Los Rojos. De acuerdo al mapa, los estados que quedaban libres en 2020 de la presencia de los carteles mexicanos son desde la costa oeste: Alaska, Oregon y Nevada, Montana, Wyoming, Dakota del Norte y del Sur, Nebraska, Minnesota (zona de los Lagos) Iowa, Maine en la costa este, el resto ya son “plazas” de las TCOs mexicanas, bueno hasta Hawaii es “territorio” del CJNG.
El informe de la DEA 2020 señala que las dos organizaciones más grandes de México, el cartel de Sinaloa y el CJNJ muestran una expansión significativa sobre éste país, que colaboran con bandas asiáticas dedicadas al lavado de dinero, con bandas dentro de las prisiones estadounidenses, bandas callejeras de esa nación, y que gracias a sus enormes y eficientes redes de distribución en Estados Unidos exportan grandes cantidades de fentanilo, metanfetaminas, cocaína y marihuana al vecino país. Las rutas de transporte tanto terrestres como marinas están totalmente controladas por estas organizaciones, en donde contribuyen muy hábilmente las bandas callejeras estadounidenses. El control de varias “plazas” importantes en el vecino país, así como de las rutas de transporte y distribución es muestra de un “mercado cautivo” en su totalidad que tiene vida propia gracias a la oferta y demanda del mismo. La droga que se consume en Estados Unidos pasa diariamente por una frontera donde las oficinas locales de la DEA no son capaces de desplegar estrategias de interdicción eficaces y a tiempo, pues les gana la velocidad del mercado, tal vez por eso varios agentes piensan que “de todos modos, no hay nada que hacer para ganar la guerra contra las drogas”. Geopolítica/Martha Aguilar El Independiente