El Independiente Alexei Chévez Silveti
En este periodo vacacional las organizaciones criminales nos han dejado muestras de la amplitud de su apetito por controlar y cobrar por toda actividad productiva de país.
No hablo de los aguacateros de Michoacán que tienen que coordinarse con Sedena para poder sacar su producto sin ser extorsionados, o del control sobre los puertos para importar los percusores químicos que se necesitan para producir el Fentanilo, tampoco de Matamoros y la pelea por controlar esta ciudad y poder importar armas de asalto y pasar drogas a los Estados Unidos.
Todas estas actividades son “tradicionales de los Cárteles” en México.
Hoy la impunidad con la que se mueven los ha llevado a buscar otras áreas de oportunidad.
Estos grupos, que con un apetito depredador están buscando y consumiendo cualquier espacio o negocio que les genere ganancias, al final lo que les motiva es el lucro y encontrar de donde lo puedan conseguir.
Hoy secuestran migrantes y turistas, comercian con la pesca ilegal, extorsionan transportistas en las carreteras, cobran “piso” en los comercios, controlan gobiernos municipales, matan a quien no quiera colaborar con ellos. Es una realidad que padecemos los mexicanos todos los días.
El abandono de la Seguridad Pública por parte del Estado como política invitando a portarse bien, está claro que no funciona y solo ha empoderado a estos criminales.
Hoy ante el claro fracaso de la estrategia, el gobierno federal trata de recuperar el terreno cedido y en una lógica militar, hace un cambio contundente.
Ante el asesinato de comerciantes en destinos turísticos 7,500 elementos van dar seguridad en las playas este periodo vacacional, no hacen labores de inteligencia para detectar y detener a los grupos que se pelean el control de las zonas turísticas, eso no es importante. El gobierno quiere apantallar a ciudadanos y turistas con militares en equipo de combate paseando por las playas y generar una falsa sensación de seguridad y de que se está haciendo algo. Mismos Soldados y Marinos que la siguiente semana estarán circulando por las carreteras de SLP para inhibir el secuestro de cientos de migrantes o turistas. Son nuestras FFAA haciendo presencia y disuasión con la idea de inhibir las actividades criminales.
La falla en estas acciones es el pensar qué con solo estar presentes en las zonas de alta actividad criminal, van a bajar los delitos. No hay un indicador que avale esta táctica, porque es sólo, una táctica ¡no una estrategia de largo plazo que contenga parámetros de éxito medibles y auditables!
Si solo medimos el éxito por el número de elementos que se comisionan a una zona y la baja de los delitos mientras dure esta presencia militar. ¿Qué pasa cuando se retiren?
¿Hasta cuándo vamos a entender que la sola presencia de las FFAA no va a detener a estos grupos altamente motivados por las ganancias económicas que perciben impunemente?