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viernes 22 noviembre 2024

La contagiosa subvariante EG.5.1 ya está en México

  • La Organización Mundial de la Salud alertó sobre la nueva subvariante de Ómicron, coloquialmente llamada ‘Eris’, que ya empezó a esparcirse en varios países por su crecimiento acelerado de contagio

El “efecto fundador” es un fenómeno de la Biología que se refiere a las poblaciones que derivan del primer individuo que llega a un sitio. También es cuando un nuevo virus llega a un lugar para dejar descendencia. Eso es lo que está pasando con las variantes de Covid-19, que pueden describirse como los primeros pobladores que fundan una comunidad y encuentran las condiciones propicias para ser dominantes.

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud alertó sobre la nueva subvariante de Ómicron EG.5.1, coloquialmente llamada ‘Eris’, que ya empezó a esparcirse en varios países debido a su crecimiento acelerado de contagio y a su capacidad para evadir la respuesta inmune.

México no podía escaparse de ser contagiado por EG.5.1, sin embargo, en este momento no se tiene del todo clara su propagación en el país debido a una circunstancia: la falta de financiamiento que se registró para rastrear durante varias semanas la evolución de las subvariantes. Pero, eso, tampoco significa que ésta despierte la pesadilla.

La historia sobre Covid-19, de alguna forma se está repitiendo. En 2021 y 2022 se registraron picos de contagios muy marcados en los meses de verano. En un primer momento fue la variante Delta y un año después Ómicron. Para entonces, la humanidad descubrió que las variantes y subvariantes irían más allá de la protección de las vacunas y evolucionarían para ser más transmisibles pero menos letales, debido a sus propios cambios microbiológicos y a la ‘inmunidad de rebaño’.

Ahora, la subvariante EG.5.1 empieza a transmitirse y en unas semanas será la dominante. Actualmente, no se tienen muchos datos de sus características, pero lo que ya se sabe es que es más contagiosa y cuenta con las condiciones para escapar a la respuesta inmune de los anticuerpos. En China, Japón, Europa, Australia, Estados Unidos, los contagios se han duplicado y en cosa de días se multiplicarán.

“Este virus tiene características de crecimiento acelerado y con la capacidad para evadir la respuesta inmune. Hay pocos estudios, pero el nivel de protección medido por anticuerpos neutralizantes disminuye cuatro veces en relación a este virus. Sin embargo, no hay datos que impliquen o que prueben que tenga una severidad mayor”, explica el doctor Carlos Arias, coordinador del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica y recientemente reconocido como Investigador Emérito de la UNAM.

La nueva subvariante de Ómicron ya llegó a México, pero en este momento no se tiene mucha data de su propagación. Ante la falta de apoyo económico, el Consorcio dejó de seguir el comportamiento de las subvariantes en marzo de 2023. Ahora, dicho apoyo se ha renovado pero hay un vacío importante en el seguimiento del virus y se espera que en dos meses se pueda contar con una visión clara de lo que ha ocurrido con la gran familia de Ómicron en el país.

Por lo pronto, se cuenta con dos secuencias reportadas de EG.5.1, ambas en la CDMX, en julio, aunque se estima que llegó desde antes.

Mientras que en otros países los contagios empezaron a multiplicarse, lo que está ocurriendo en México no es propiamente una ola, dado que el número de casos confirmados es muy bajo. Pero sí estamos frente a una tendencia relacionada con el contexto epidemiológico de esta temporada. Es decir, la tendencia a la baja de casos positivos paró a mediados de junio y, a partir de entonces, los contagios subieron. El punto de inflexión ocurrió cuando la cifra superó los 3,000 casos reportados. Sin embargo, eso no se correlaciona con las muertes, que siguen bajando.

De cada 100 pruebas que se hacen a nivel nacional, en promedio 37 son positivas. Hoy se están realizando pocas pruebas, no se tiene un muestreo técnicamente diseñado que sea representativo, pero sí es un indicador que nos dice algo: el virus está circulando en la comunidad y está encontrando condiciones favorables para su transmisión.

Bajo este contexto la situación es manejable y hay que entenderla como la evolución natural que las variantes y subvariantes de Covid-19 han tenido a lo largo de estos años. No se tiene ninguna evidencia de que esta nueva subvariante provoque una enfermedad severa, pero habría que esperar que EG.5.1 sea la causante de una siguiente ola pero no con los mismos efectos de hospitalización y muerte de las primeras olas. Es un virus serio, no hay que minimizarlo, más aún cuando hoy domina la cultura de que la pandemia ya terminó. En efecto, la pandemia ya terminó en términos epidemiológicos pero el virus sigue circulando y activamente.

De marzo de 2020 a junio de 2023, México ha pasado por seis olas de Covid-19 y en este momento se está registrando un comportamiento de escala menor. Desde diciembre de 2021, Ómicron ha dominado. En las próximas semanas, EG.5.1 será la dominante y muy probablemente será la protagonista de la ola de invierno de 2023. Por eso, siempre hay que tener presente lo siguiente: la transmisión del virus se detiene en la comunidad, lo que significa que hay que seguir aplicando las medidas de protección (uso de cubrebocas en los enfermos, aislamiento, vigilancia, ventilación en lugares cerrados concurridos, entre otras).

Dos fenómenos más alrededor de Covid-19:

1) Mientras no se interrumpa la transmisión, las personas mantendrán su gasto de bolsillo contra Covid-19. La gente va a caer redonda en el negocio del mercado privado ante la falta de cobertura pública. Aún y cuando debe prevalecer el criterio de salud pública, las personas necesitan una solución inmediata a esta enfermedad pero desafortunadamente, esa solo se encuentra en el sector privado.

2) Se espera que, a partir de octubre venga la guerra de vacunas. Hoy no se sabe cuál será la vacuna que aplique el sector público (se dice que será la cubana Abdalá). En tanto, el mercado privado se prepara para la venta de vacunas. Para entonces, se habrá encendido una narrativa en la que se sostendrá que los ricos se aplicarán las vacunas del mercado privado y los pobres la del sector público. Cuidado con caer en esa trampa pues, al final, lo que importa de todas las vacunas es que eviten la enfermedad grave y la muerte.     Expansión/Jonathán Torres    @jtorresescobedo     Foto: peterschreiber.media/Getty Images/iStockphoto)

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