- En el país, 81% de pacientes no reciben la atención apropiada
México, Estados Unidos y Reino Unido se ubican entre las naciones con mayor incremento de casos de ansiedad y depresión, pues la prevalencia se duplicó durante la pandemia de covid-19, informó la Secretaría de Salud (Ssa).
En el contexto del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión 2023, un estudio de los Servicios de Atención Siquiátrica de la dependencia revela que en nuestro país 3.6 millones de personas sufren depresión. De ellos, al menos un millón pueden ser casos severos.
De acuerdo con los datos recabados por la dependencia, el trastorno mental más frecuente es la depresión, que afecta a 5.3 por ciento de la población; le sigue el consumo de alcohol, con 3.3, y trastorno obsesivo compulsivo, con 2.5 por ciento.
En relación con la brecha de atención o tratamiento, el estudio Segundo Diagnóstico Operativo de Salud Mental y Adicciones destaca que en promedio 81.4 por ciento de las personas no reciben la atención apropiada.
Aquellos que padecen trastorno de ansiedad presentan la mayor brecha de atención, pues 85.9 por ciento de los casos no reciben la ayuda necesaria; seguido de 83.7 en fobia social, 76.6 en abuso de alcohol, 73.9 por depresión, 73.6 por trastorno maniaco y 70 por ciento en trastorno de pánico.
Ante la falta de atención oportuna para quienes enfrentan un problema de salud mental, la Ssa reconoce que una cuarta parte de las personas con trastornos mentales y adicciones transitarán hacia la severidad, frente a una brecha de atención de cerca de 80 por ciento.
Lo anterior, explica, se debe a la falta no sólo de infraestructura, también de personal, pues sólo se dispone de 3.1 por ciento de los trabajadores de salud; 1.8 de los médicos especialistas; 6.5 de las enfermeras y 3.7 por ciento de los residentes de especialidades médicas.
En cuanto a la depresión, Lorena López Pérez, directora de Gestión de los Servicios de Atención Siquiátrica, señaló que la pandemia de covid-19 dejó graves repercusiones en la salud mental y aumentó los problemas sicosociales de la población, que tienen alta correlación con la generación de episodios depresivos, que fueron ocasionados por el incremento en los niveles de estrés por el miedo a contagiarse y por el aislamiento social.
Dicha situación, apuntó, provocó cambios en la alimentación, en los patrones de sueño y dificultades en el núcleo social, pues en adolescentes se observa aumento en el consumo de sustancias sicoactivas y actos violentos. La Jornada/Laura Poy Solano