Columna: Seguridad y Defensa Carlos Ramírez www.24-horas.mx
El presidente Joseph Biden llegó a la Cumbre del T-MEC con la espada desenvainada en materia de narcotráfico y arguyó el tema del fentanilo que se produce en México y en China y que está invadiendo al sector médico y de drogadicción de Estados Unidos.
Sin embargo, la estrategia mexicana sigue sin reclamarle al Gobierno estadounidense el punto central que tiene que ver con el narcotráfico: no el de las armas, como supone el canciller Marcelo Ebrard, sino el del consumo dentro de EU por la existencia de millones de adictos en diferentes niveles que exigen la dotación de drogas provenientes del exterior e inclusive fabricadas ya dentro del propio territorio estadounidense.
Mientras haya consumo existirá de manera inevitable la producción. Y hay que seguir machacando en el hecho de que los reportes de la DEA en los últimos años señalan que el tráfico de drogas que entra a Estados Unidos para consumo está controlado por nueve cárteles mexicanos, sin que ninguna autoridad americana realice operativos para combatirlos.
El caso de Ovidio Guzmán López ilustra la irregularidad jurídica en el tema de la droga del fentanilo: en México no se sabe que existan expedientes de persecución contra Ovidio, a pesar de que es el responsable del área de producción y contrabando de fentanilo del Cártel de Sinaloa y que su arresto fue con fines de extradición a Estados Unidos para ser juzgado por delitos cometidos en México, puesto que la fabricación y tráfico de drogas con el uso brutal de la violencia criminal es un delito perseguido de oficio.
Es la hora en que México no le exige de manera pública a la Casa Blanca que combata con decisión el consumo de drogas, pues la estrategia americana se agota en la atención de adicciones.
ZONA ZERO
Justo en un momento clave de la estrategia de seguridad, hechos electorales afectan la estructura del área respectiva: el subsecretario de Seguridad Ricardo Mejía renunció a su cargo para irse de candidato a gobernador de Coahuila por el PT, contra el candidato oficial de Morena. Mejía era uno de los funcionarios más eficaces de seguridad que logró credibilidad en su presentación cotidiana en las Mañaneras presidenciales. Pero puntos políticos y electorales dañan la estabilidad en las estrategias de seguridad con cambios y reacomodos de funcionarios del área por decisiones políticas.