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viernes 22 noviembre 2024

“Tenía miedo de no llenar el estadio Azteca”

  • A 30 años del récord de asistencia para una pelea -132 mil personas contra Greg Haugen-, JC nos compartió el por qué no quería que el combate se realizara ahí

El estadio Azteca nunca había abierto sus puertas para un evento de boxeo, pero cuando lo hizo Julio César Chávez se encargó de reunir a 132 mil fanáticos en una de las peleas de boxeo más memorables de la historia y hasta ahora mantiene el récord de mayor cantidad de espectadores en una pelea de boxeo.

Sin embargo, tras bambalinas “El Gran Campeón Mexicano” lo vivió diferente, pues jamás pensó que lo llenaría. Ahora 30 años después, la leyenda recordó para MILENIO-La Afición cómo fue enfrentarse al estadunidense Greg Haugen en el Azteca, ante más de cien mil personas.

TREINTA AÑOS Y ESE RÉCORD SIGUE INTOCABLE. NADIE HA PODIDO ACERCARSE A ESA CIFRA

Estoy contento porque se cumple un aniversario, pero a la vez no tanto porque ya son 30 años y no lo puedo creer. Es increíble. Ese día fue histórico para mí. Fue algo irrepetible, que no voy a volver a vivir. Pero ese recuerdo va a quedar para la historia.

¿CÓMO FUE QUE LLEGÓ LA IDEA DE PRESENTARSE EN EL AZTECA?

Cuando se me dijo que iba a pelear en el estadio Azteca me rehusé, primero por miedo, porque imagínate lo que era llenar ese recinto para una pelea de box. Yo le dije a Don King: No quiero pelear en el estadio Azteca porque no lo voy a llenar. Es un lugar para más de cien mil personas. Y me dijo: ‘Pero ya llenaste el Alamodome. Fueron 70 mil personas y se quedó gente afuera’. Le dije que ese era un estadio cerrado y en Estados Unidos, pero en México no sabía cómo lo fuera a ver la gente… Y sí, me pagó muy bien, pero no lo que realmente valía. Porque por esa pelea en EU hubieran pagado 15 o 20 millones de dólares por el PPV y las entradas (y le pagaron cerca de 7 millones). Don José Sulaimán me convenció y dije va, pero no lo voy a llenar.

UNA RESPONSABILIDAD ENORME, PUES HAUGEN VENÍA DE VENCER A MANCINI Y MACHO CAMACHO

En la preparación no fue tanto Haugen el que me mortificaba, sino el que no se fuera a llenar y cuando llegó casi la hora de la pelea ya se habían vendido más de 80 mil boletos y pensé: Pues ya con eso. Ya con 80 mil boletos se ve más o menos lleno. Faltando un día me dijeron que ya no había boletos y no les creí, te juro por Dios. Cuando llegué y lo vi lleno, con mucha gente que se quedó afuera, que no dejaron entrar por el sobrecupo, fue algo histórico para mí. Eran sentimientos encontrados porque, ¿qué iba a pasar con la pelea?

¿QUÉ RECUERDAS DE LA PELEA?

Todo, Haugen había hablado bastante mierda y me había criticado, pero lo tumbé en el primer round y dije chale, lo noqueo o no lo noqueo. Y es que si lo noqueaba a lo mejor la gente que había ido, en lugar de mentarle la madre a él, me la iba a mentar a mí. Entonces lo dejé vivir y pensé en noquearlo en otro round, pero después se me empezó a complicar por la altura y por la presión mía, me estaba cansando. Me dijo Búfalo (José María Martín), ‘relájate, aquí lo vas a noquear’ y sí. Me empecé a relajar, lo noquee y se acabó la pelea.

EL GRAN AMOR DE LOS FANÁTICOS SE DEBIÓ SENTIR COMO NUNCA

Esa noche no tengo con qué pagarla. Fue increíble, histórica, para el recuerdo. Tanta gente gritando ‘¡Chávez, Chávez, México, México!’. Era una locura. Eran unos nervios de no subirme a pelear porque me daba miedo, pero fue una noche mágica.

DICEN QUE UNA DE LAS PARTES MÁS COMPLICADAS DE UNA PELEA, ES ESE CAMINO DEL CAMERINO AL RING. ¿CÓMO LO VIVISTE?

Fue algo espeluznante para mí, porque fueron 12 minutos del camerino al ring. ¡Imagínate! Normalmente en una arena duras entre 3 o 4 minutos, pero ese día el Azteca estaba que no cabía un alma. No se podía caminar por la cancha y a parte traía a Julio y a Omar muy chiquitos y la gente te quería tocar. Fue muy estresante para mí porque me podían picar un ojo.

GREG HAUGEN FUE UNO DE LOS RIVALES MÁS HABLADORES QUE HAS TENIDO, ¿QUÉ RECUERDAS QUE TE DIJO?

¡Qué no me dijo! A través de mi carrera tuve muchos peleadores muy bocones, como el Macho Camacho, como Rosario, muchos… pero éste sí se pasó de la raya porque éste sí se metió con la familia, se metió a ofender, le dijo cosas obscenas a mi esposa, a mis hijos, de la gente más allegada a mí. Subí enojado, con ganas de darle una chinga al cabrón y se lo cumplí.

¿QUÉ SIENTES AL RECORDAR ESA PELEA?

Lo bueno es que te lo estoy contando. Lo que te puedo decir es que estoy muy contento.     Milenio/Érika Montoya

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