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viernes 22 noviembre 2024

Trabajos crueles para niños migrantes desempeñan en EE. UU., al descubierto en investigación periodística

  • Niños inmigrantes llegan al país en cifras récord y acaban en labores peligrosas que violan las leyes de trabajo infantil, incluso en fábricas donde se hacen algunos de los productos más conocidos del país

Una investigación del Hannah Dreier para The New York Times, pone al descubierto las complicadas condiciones en que niños migrantes son empleados en Estados Unidos en distintos oficios, que van desde los relacionados con la producción de alimentos en fábricas hasta en el campo.

Realizada en 20 estados de la Unión Americana, la investigación da cuenta de la manera en que los menores son explotados en dicho país, luego de una travesía, a veces solos, por territorio mexicano para llegar a buscar un trabajo que les permitiera vivir.

“La fábrica estaba llena de trabajadores menores de edad como Carolina, que habían cruzado solos la frontera sur y que ahora pasaban las últimas horas del día inclinados sobre máquinas peligrosas, en violación de las leyes de trabajo infantil. En plantas cercanas, otros niños atendían hornos gigantes que fabrican barritas de cereales Chewy y Nature Valley y empaquetaban bolsas de Lucky Charms y Cheetos. Todos trabajaban para Hearthside Food Solutions, una empresa gigantesca que envía estos productos a todo el país”.

Uno de los hallazgos principales de la investigación, es que los menores están llegando sin sus padres en cifras récord y todo para trabajar en oficios que son calificados como duros.

“Esta fuerza de trabajo clandestina se extiende por sectores de todos los estados, burlando las leyes de trabajo infantil que están vigentes desde hace casi un siglo. Tejadores de 12 años en Florida y Tennessee. Menores de edad que laboran en mataderos de Delaware, Mississippi y Carolina del Norte. Niños que aserran tablones de madera en turnos nocturnos en Dakota del Sur”.

El trabajo periodístico es abundante en testimonios de niños que narran como trabajan, pero con una constante, son jornadas extenuantes y peligrosas.

“En 2022, los menores no acompañados que entraron a Estados Unidos alcanzaron la cifra de 130.000 —el triple que el número registrado cinco años antes— y se espera que este verano se produzca otra oleada”, refiere el texto.

Tanto el gobierno de Estados Unidos como organismos como el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por su sigla en inglés) conocen de la presencia de los niños y busca regularizar su situación, aunque se enfrentan a problemas como que el HHS no ha logrado contactar a más de 86 niños

Son niños que también envían remesas a sus países de origen y que fueron obligados a emigrar en busca de mejores condiciones de vida, algo que esperan suceda algún día.

Información de Hannah Dreier para The New York Times        El Independiente/Redacción

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