- Las regiones del centro y occidente del país son las más afectadas, de acuerdo con datos del Inegi
La feroz lucha de los cárteles de las drogas por el control de rutas y el creciente “negocio” de la extorsión y el tráfico de personas han provocado que en los últimos meses se agudizara el fenómeno de desplazamiento interno forzado, sobre todo en el centro y occidente del país.
En 2022, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 699 mil 120 mexicanos cambiaron de residencia, ya sea de manera abrupta o planificada, para protegerse de la delincuencia en diferentes regiones.
En la zona occidente, conformada por Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro y Zacatecas, fue donde más mexicanos decidieron huir del crimen, con 190 mil 793 casos.
Le sigue la zona centro, que abarca el Edomex, CDMX, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, donde 177 mil 982 personas dejaron sus comunidades.
En la región noreste, conformada por Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas, 121 mil 448 connacionales se fueron de sus residencias para protegerse de la delincuencia.
En el área del sureste, integrada por Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, 133 mil 284 mexicanos se vieron orillados a mudarse, mientras que en el noroeste, que conforman Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora, lo hicieron 75 mil 613 habitantes.
Para Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, el creciente desplazamiento en diferentes puntos del país se debe al excesivo poder que han adquirido los grupos delincuenciales, que no sólo controlan las rutas de trasiego, sino también llevan mano en el control de los mercados y la vida comunitaria.
Asevera que, en la actualidad, se conocen por los medios de comunicación los casos de desplazamientos forzados no planificados, los cuales son aquellos que se hacen de manera abrupta, pero hay una gran cantidad de mexicanos que deciden cambiarse de residencia y lo hacen con calma, poniendo todos sus asuntos en orden para luego irse a otras regiones menos violentas.
En tanto, Guillermo Fernández-Maldonado, quien fuera representante de la ONU-DH México, afirmó que, en ciertas regiones del país, el crimen organizado controla territorios y poblaciones, a través de amenazas, intimidación y violencia: “Pocas veces las autoridades efectúan investigaciones, incluso sobre los crímenes más graves, como homicidios y desapariciones”, lo que también incide en la migración interna.
Según el Observatorio del Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés), en México la violencia, principalmente, sigue obligando a habitantes, sobre todo de zonas rurales y muy violentas a dejar todo: su patrimonio y sus amigos. Según el IDMC, en México “casi todos los desplazamientos registrados fueron provocados por violencia criminal”.
RUTAS DEL CRIMEN
En 2020, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) admitió que en México hay al menos cuatro grandes rutas del narco. La primera es la del Pacífico, que va de Chiapas y cruza todos los estados del litoral hasta Nogales y Tijuana.
La segunda, denominada del Golfo, va de Chiapas y Tabasco hasta Tamaulipas, cruzando por Veracruz. Una tercera parte comienza en Veracruz y cruza todo el centro del país hasta llegar a Ciudad Juárez, mientras que una más inicia en Colima y cruza por Zacatecas para llegar a Piedras Negras, Coahuila, y Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Excélsior/Redacción Foto: Cuartoscuro