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viernes 8 noviembre 2024

Es más fácil ser delincuente que ambientalista

 Mahahual

En el pintoresco pueblo costero de Mahahual, ubicado a 50 kilómetros de la frontera con Belice, las playas de arena blanca enfrentan una grave crisis ambiental: las tortugas marinas, que solían encontrar en este rincón del Caribe mexicano un lugar seguro para anidar, ahora deben lidiar con montañas de sargazo, plásticos y depredadores.

En este contexto, Víctor Rosales, un defensor ambiental, lidera una lucha solitaria para proteger a las tortugas, enfrentándose a cazadores furtivos, pescadores ilegales y la indiferencia gubernamental.

“En México es más fácil ser delincuente que ambientalista”, lamenta Rosales, quien ha experimentado de primera mano la hostilidad hacia su labor. Hace algunos años, un pescador le apuntó con una pistola tras invitarlo a unirse a sus esfuerzos de conservación. La violencia y las amenazas se han convertido en parte de su día a día mientras intenta proteger a las tortugas caguama y verde, especies en peligro que habitan las playas de Mahahual.Mahahual es un reflejo de los problemas ambientales que enfrenta el Caribe: la contaminación plástica, el crecimiento descontrolado del turismo y la proliferación del sargazo, un alga que afecta gravemente a las tortugas. El sargazo cubre la arena, impidiendo que las tortugas detecten los lugares adecuados para anidar, y cuando lo intentan, deben escalar capas de hasta 1.40 metros de esta alga para depositar sus huevos. Este fenómeno ha reducido las tasas de reproducción de las tortugas, ya que muchas crías no logran llegar al mar.

En 2018, Rosales fundó la ONG Aak Mahahual, con la misión de proteger a las tortugas de Mahahual. Con la ayuda de voluntarios, patrullan las playas después del atardecer, usando linternas de luz roja para identificar nuevos nidos. Su tarea se ve obstaculizada por los cazadores furtivos, que trafican con huevos de tortuga, conocidos en el mercado negro como “limones blancos”, a un precio de 20 pesos por unidad. Además, el sargazo y la basura plástica arrastrada por la marea cubren las costas, afectando no solo a las tortugas, sino a todo el ecosistema local.

Las tortugas no solo enfrentan la amenaza humana. Perros callejeros y jaguares también han alterado el delicado equilibrio del ecosistema. En la zona, los perros desnutridos, a menudo pertenecientes a familias de pescadores, devoran los huevos de tortuga, lo que a su vez genera que los jaguares, privados de su alimento natural, se alimenten de los perros. Esto provoca represalias de los pescadores, quienes matan a los felinos.

Para romper este ciclo, Aak Mahahual lanzó una campaña con el apoyo del International Fund for Animal Welfare (IFAW), orientada a la construcción de refugios para perros, así como a su vacunación y esterilización. A pesar de estos esfuerzos, el problema persiste, ya que la campaña aún no ha llegado a Mahahual, limitándose a localidades más grandes como Playa del Carmen.

Mahahual recibe cientos de turistas cada día, quienes llegan en enormes cruceros que atracan en su puerto. Sin embargo, según denuncia Rosales, el dinero recaudado por el turismo no se invierte en la protección ambiental del área. Los fondos necesarios para proyectos de reforestación, combate a incendios y construcción de pasos de fauna se destinan a otras regiones de Quintana Roo.

A pesar de sus esfuerzos, Rosales señala que la falta de acción de las autoridades, como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), impide una verdadera protección de las áreas naturales. “Como sociedad civil y ONG, no podemos hacer cumplir la ley: necesitamos recursos para capacitar a la sociedad y al personal policial, y así lograr que el tema ambiental se vuelva una prioridad”, sostiene.

 Mahahual se ha convertido en un campo de batalla en la lucha por la preservación de las  tortugas y la protección del medio ambiente. Mientras Rosales y su equipo siguen trabajando a contrarreloj para mitigar los efectos del turismo descontrolado y el tráfico de fauna, el futuro de las tortugas y de Mahahual sigue siendo incierto. La batalla por este rincón olvidado del Caribe continúa, con un claro mensaje: proteger el ambiente no solo es una cuestión de conciencia, sino también de sobrevivencia para especies amenazadas.

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