- Más de dos tercios de las muertes se dieron entre mayo y septiembre cuando las temperaturas de la región quebraron récords con 44 días consecutivos con temperaturas por encima de los tres dígitos
Con el muro, las nuevas disposiciones de las autoridades migratorias y el hostigamiento del lado mexicano, los migrantes encaminados hacia el País del Norte cada vez tienen menos opciones para cruzar la frontera.
Un lugar que parece popular está en las inmediaciones de Sunland Park, un poblado de unos 17,000 habitantes que se encuentra en Nuevo México, en donde convergen Texas y Chihuahua, México.
Esta es una región desértica en donde las temperaturas pueden llegar a pasar los 110 grados F durante el día y en donde es muy fácil terminar desorientado.
Desde marzo, se han recuperado 13 cadáveres de migrantes que tal vez perdidos, sin agua y exhaustos terminaron derrotados por las inclemencias del desierto.
Lo extraordinario es que, en muchos casos, se encuentran los cuerpos de migrantes a poca distancia del pueblo. Pero el cansancio, la deshidratación y la geografía del terreno a veces obstaculiza la visual y no permite ver lo cerca que se está de un lugar que significa la diferencia entre la vida y la muerte.
Sunland Park está incluida en el área de la Patrulla de Fronteras (CBP, siglas en inglés) de El Paso, Texas. Esta agencia federal tiene jurisdicción en una amplia región que va desde Texas a Arizona. Una región inhóspita en donde las muertes se han más que duplicado.
La Patrulla de Frontera documentó 71 muertes en el año fiscal de 2022 y en 2023 subieron a nada menos que 148. Desde octubre ya se han contabilizado 82.
Más de dos tercios de las muertes se dieron entre mayo y septiembre cuando las temperaturas de la región quebraron récords con 44 días consecutivos con temperaturas por encima de los tres dígitos, de acuerdo al National Weather Service.
Por supuesto estas cifras no son completas. Hay muchos migrantes cuyos cuerpos nunca serán encontrados. Incluso algunos restos humanos que encuentran, a veces se hace difícil poder identificarlos dado el estado de descomposición en el que se hayan. Aparte, está la cuestión que muchos migrantes antes de cruzar la frontera se deshacen de sus papeles identificatorios.
Pero a veces un tatuaje, un lunar, una pertenencia, es suficiente para que una madre o un hermano reconozca al ser querido que han estado buscando.
También hay que tener en cuenta que las 148 muertes que se reportaron en la jurisdicción de El Paso no incluyen a las que se producen en otras partes de la frontera, como el sector de San Diego, en California, y Tucson, en Arizona.
Tampoco incluyen a los que mueren del lado mexicano de la frontera.
El miércoles 19 de junio, por ejemplo, las autoridades mexicanas encontraron un cadáver de un joven de 20 años de Durango que iba con un grupo de seis migrantes más que fueron rescatados por las autoridades mexicanas.
Los sobrevivientes, que estaban deshidratados, relataron a las autoridades que cuando el joven se sintió enfermo a poca distancia de la frontera, en las inmediaciones de Santa Teresa, en Nuevo México, los coyotes los abandonaron.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), una agencia de las Naciones Unidas ya había alertado sobre la gravedad de la situación al calificar a la ruta terrestre que siguen migrantes hacia Estados Unidos como la más peligrosa.
En un reporte del año pasado la OIM recuerda que en 2022 hubo 686 fallecimientos o desapariciones. Casi la mitad de estos serían de personas que se aventuraron por el desierto de Sonora y Chihuahua.
Aún más preocupante, el informe indica que si se suma las muertes en la Selva de Darién y las del Mar Caribe el número llega a 1,457 migrantes.
La OIM advirtió que “El número de 2022 puede ser más alto de lo que sugiere la información disponible porque hacen falta datos oficiales, incluidos informes de los forenses de condados fronterizos de Texas y de la agencia mexicana encargada de búsqueda y rescate de desaparecidos”.
El Independiente/Redacción Foto: EFE