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viernes 8 noviembre 2024

No existen pistas del homicida fugado de la cárcel de Cancún

  • Tras la fuga, se presume de una red de corrupción e impunidad

Rafael Pascual

A tres días de la fuga del reo Gilberto Guzmán de Dios, aún no existen pistas para su localización, y tampoco se ha fijado una postura concreta en torno a lo que ocurrió la noche del pasado sábado en el Centro de Reinserción Municipal de Cancún, considerado desde hace varios años el segundo más conflictivo del país, solo debajo del penal de Neza-Bordo y por encima incluso del Cereso Número Dos, de Gómez Palacio, Durango, de acuerdo a un informe denominado “Las cárceles y el crimen”.

Vía terrestre se mantienen dispositivos policiacos en las inmediaciones del penal, como si se pensara que dicho reo, originario de Teziutlán, Puebla, y que de acuerdo a la carpeta 893/2024, estaba sujeto a proceso penal por homicidio calificado, violación y homicidio calificado en grado de tentativa en contra de su propio hijo de dos años y su hijastro de seis, estuviese todavía merodeando las instalaciones de la cárcel.

Incluso, el helicóptero de la Secretaría de Seguridad Ciudadana realizó hasta miércoles sobrevuelos constantes por la cárcel y sus alrededores, mientras que se mantiene la postura de la separación de los cargos del director del penal, Jorge Armando López Rosas, y el comandante operativo, Sergio Javier Alcalá Encinas mientras se llevan a cabo las investigaciones por la evasión del preso homicida, hijo de los señores Aracely de Dios Zavaleta y de Orlando Guzmán Reyes.

Este incidente ha despertado dudas sobre el control dentro de una de las cárceles más importantes del estado y este martes, en un intento por corregir la falla, trabajadores de herrería fueron vistos instalando una nueva valla en el punto crítico por donde el reo pudo haber escapado, buscando tapar el error que dejó en evidencia las deficiencias del lugar.

El total hermetismo es lo que ha predominado en un grave caso que deja en evidencia la enorme estela de corrupción que existe en este penal, que desde hace muchos años rebasó su límite de capacidad de internos, y que incluso en su más reciente informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), lo cataloga con focos rojos por la presencia de autogobierno y descontrol por parte de las mismas autoridades.

Como se recordará, Gilberto Guzmán de Dios de 27 años de edad, asesinó a golpes y violó el miércoles 9 de octubre a su pequeño hijo de tan solo 2 años de edad, y lesionó gravemente a su hijastro de 6 años, quien fue hospitalizado.

Tras cometer el crimen, Gilberto se dio a la fuga, por lo que la Fiscalía General del Estado solicitó una orden de aprehensión en su contra y 48 horas después se anunció su captura.

Esta no es la primera vez que se reporta una fuga de reos, pues hay antecedentes de que en julio del 2016, de 10 sujetos sometidos a proceso penal, cinco de ellos considerados de alta peligrosidad, se fugaron, entre los que estaban Jesús Laureano Cortés Coutiño, alias “El Chicanito” y Víctor Reynaldo Vázquez Mora, alias “El Chupón”, que cumplían condena por haber participado en el incendio del bar El Castillo del Mar por el que tenía una sentencia de 46 años de prisión. Ambos sujetos junto a dos más, fueron recapturados 48 horas después de la fuga.

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