A pesar de las horas de lluvia, los Juegos Olímpicos de París celebraron el viernes una ceremonia inaugural que deslumbró a la multitud y al mundo.
Combinó bailarines de cancán, homenajes a la historia francesa y acrobacias con drag, vuelos en jet y rap.
Las actuaciones sorpresa de Lady Gaga y Céline Dion fueron lo más destacado.
Los nervios estaban a flor de piel antes del espectáculo debido a la complejidad del espectáculo y a los ataques incendiarios que interrumpieron el tráfico ferroviario francés y aumentaron las preocupaciones por la seguridad.
El espectáculo, que se preparó durante años, centró por primera vez la actividad en un río, el Sena, que fluye por el corazón de París. Las delegaciones de los países recorrieron una ruta de casi cuatro millas de largo en embarcaciones que iban desde barcazas hasta barcos a motor (para los equipos pequeños).
Los productores buscaron mostrar una visión de una Francia moderna e inclusiva. Entre los artistas se encontraba la cantante nacida en Mali Aya Nakamura, cuyos éxitos con influencias del hip-hop han sido objeto de campañas racistas, mientras que las drag queens se unieron a un desfile que destacaba la moda francesa.
La acción se trasladó luego a la Torre Eiffel, que brillaba con láseres y efectos estroboscópicos, y al Trocadero, un espacio verde al otro lado del Sena desde la Torre Eiffel.
La llama viajó al Trocadero mediante un relevo que incluyó a grandes atletas en un barco por el Sena y luego corrió frente a la pirámide de cristal del Louvre bajo un cielo oscuro y lluvioso.
El presidente francés, Emanuel Macron, declaró oficialmente inaugurados los Juegos mientras la llama olímpica encendía un pebetero con un globo aerostático en la parte superior, que se alejó flotando, en referencia a los logros franceses en ciencia.
Dion, que no ha actuado en cuatro años debido a un trastorno neurológico, hizo vibrar a la multitud con una canción de Edith Piaf en la Torre Eiffel.
La estrella, cuya carrera se vio truncada por una rara enfermedad neurológica, cantó una canción de Edith Piaf, «Hymne l’amour».
Cantó desde un punto elevado en la Torre Eiffel. La multitud estalló en entusiastas vítores y aplausos.
Se rumoreaba su aparición, pero no se anunció públicamente antes de la ceremonia inaugural.
UN PEBETERO ÚNICO
Un globo aerostático trajo un anillo de fuego olímpico a un cielo lluvioso y la cantante Céline Dion cantó a todo pulmón desde la Torre Eiffel cuando París dio inicio a sus primeros Juegos Olímpicos de verano en un siglo el viernes, con una ceremonia inaugural de cuatro horas que rompió las reglas y se desarrolló a lo largo del río Sena.
Las lluvias intermitentes no parecieron obstaculizar el entusiasmo de los atletas. Algunos sostenían paraguas mientras navegaban en botes por el río en una muestra de la resistencia de la ciudad mientras las autoridades investigaban presuntos actos de sabotaje contra la red ferroviaria de alta velocidad de Francia.
Con la ambiciosa ceremonia, lo que estaba en juego para Francia era inmenso. Decenas de jefes de estado y de gobierno estaban en la ciudad, y el mundo observaba cómo París se convertía en un gigantesco teatro al aire libre. A lo largo del Sena, los monumentos icónicos se convirtieron en escenarios para bailarines, cantantes y otros artistas.
Eso incluyó el Museo del Louvre, cerca de donde el campeón francés de judo Teddy Riner y la corredora tres veces campeona olímpica Marie-Jose Perec encendieron el pebetero olímpico, que estaba atado a un globo gigante que flotaba en la noche, un homenaje a los pioneros franceses de los vuelos tripulados.
A pesar del clima, las multitudes abarrotaron las orillas y los puentes del Sena y vieron desde los balcones, “ooh” y “aah” mientras los equipos olímpicos desfilaban en botes por el canal que se volvía cada vez más picado.
El Independiente/Redacción Fotos: París 2024
