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viernes 27 diciembre 2024

Podrían prohibir “routers” chinos ante posible ciberataque

Washington

La empresa china TP-Link, líder en la fabricación de ‘routers’ para hogares y pequeñas empresas, enfrenta una posible prohibición en Estados Unidos debido a preocupaciones de seguridad nacional. Según una investigación citada por The Wall Street Journal, autoridades estadounidenses analizan si los dispositivos de TP-Link, que representan el 65% del mercado doméstico de enrutadores en el país, han sido utilizados en ciberataques dirigidos contra objetivos occidentales, incluyendo proveedores del Departamento de Defensa.

La revisión, encabezada por los departamentos de Comercio, Defensa y Justicia, podría derivar en la prohibición de la venta de equipos de la empresa en 2025. Este proceso se enmarca en una serie de medidas adoptadas por la administración de Joe Biden para mitigar riesgos asociados con tecnologías chinas en infraestructura crítica, como la reciente eliminación de Huawei y la posible exclusión de China Telecom del ecosistema estadounidense de telecomunicaciones.

Los dispositivos TP-Link han sido señalados en un análisis de Microsoft por estar comprometidos en miles de ciberataques, presuntamente vinculados a hackers chinos, incluidos miembros del grupo Volt Typhoon. Aunque estas intrusiones no son exclusivas de los dispositivos TP-Link –enrutadores antiguos de Cisco Systems y Netgear también han sido explotados–, el Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino destacó que TP-Link presenta un grado inusual de vulnerabilidades.

En respuesta, TP-Link ha negado las acusaciones de complicidad en ciberataques y expresó su disposición para colaborar con el gobierno estadounidense. “Agradecemos cualquier oportunidad de demostrar que nuestras prácticas de seguridad cumplen plenamente con los estándares del sector y reiterar nuestro compromiso con los consumidores estadounidenses”, afirmó su portavoz en Estados Unidos.

Por otro lado, Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, calificó las investigaciones como un acto de represión política. “Estados Unidos utiliza la seguridad nacional como pretexto para reprimir a las empresas chinas”, declaró, asegurando que Beijing defenderá los intereses legítimos de sus compañías.

El impacto de una posible prohibición de TP-Link sería significativo en el mercado tecnológico, especialmente tras el auge que experimentó durante la pandemia gracias a la creciente demanda de conectividad para el trabajo remoto. Sin embargo, la empresa enfrenta críticas adicionales por presuntas prácticas desleales, como la venta de productos por debajo del costo, lo que ha sido interpretado como una estrategia para desplazar a competidores estadounidenses.

Internacionalmente, las restricciones sobre TP-Link ya han comenzado a tomar forma. Taiwán prohibió el uso de sus enrutadores en instalaciones gubernamentales y educativas, mientras que India emitió advertencias sobre los riesgos de seguridad que representan estos dispositivos. Aunque no se ha probado la complicidad de TP-Link en ciberataques patrocinados por el estado chino, los dispositivos siguen bajo escrutinio.

Fundada en Shenzhen en 1996, TP-Link ha intentado distanciarse de sus raíces chinas para consolidar su presencia en Estados Unidos, incluso anunciando la creación de una nueva sede en California. Sin embargo, estas acciones no han eliminado las preocupaciones sobre sus vínculos con el gobierno chino. En un litigio reciente en Texas, un juez calificó de “inverosímil” el argumento de TP-Link de que sus operaciones en Estados Unidos y China están desvinculadas.

Mientras continúa la investigación, el Departamento de Comercio podría ejercer su autoridad para bloquear la venta de productos de TP-Link, replicando medidas como la prohibición a la empresa rusa de software Kaspersky en 2023. Este caso subraya la creciente preocupación por la seguridad de la cadena de suministro y el papel de las tecnologías extranjeras en infraestructuras críticas, un tema que permanece en el centro del conflicto tecnológico entre Estados Unidos y China.

Más / IA

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