Las autoridades locales están cada vez más preocupadas por la posibilidad de que sus ciudades o regiones enfrenten el llamado «Día Cero», un momento crítico en el cual se quedan sin agua potable debido a una sequía severa o a una gestión ineficiente de los recursos hídricos. Este escenario obligaría a racionar drásticamente el suministro de agua, limitando su acceso solo para necesidades esenciales como beber y cocinar.
En México, esta preocupación es especialmente relevante, ya que el país acumula cuatro años de sequía y las reservas de agua potable se encuentran cerca del 45%. Además, el Sistema Cutzamala, responsable de abastecer al Valle de México, está operando por debajo del 30% de su capacidad, lo que agrava la situación. La información fue publicada por la agencia Infobae.
Ante esta realidad, diversas ciudades mexicanas han implementado medidas para enfrentar la crisis hídrica. En 2019, la Ciudad de México lanzó el Programa Cosecha de Lluvia, que busca instalar sistemas de captación de agua de lluvia en zonas con escasez de este recurso. También se están llevando a cabo iniciativas como la sectorización de la red hidráulica para reparar fugas y la rehabilitación de pozos.
El Instituto Belisario Domínguez (IBD) destaca la importancia de considerar el «Día Cero» como un llamado a acelerar el cambio hacia un modelo de sostenibilidad hídrica. Megaciudades de todo el mundo están adoptando medidas similares, aunque las estrategias varían según las características geográficas e institucionales de cada lugar.
Por ejemplo, Tokio ha logrado reducir el desperdicio de agua al 2% mediante un plan de conservación que se enfoca en asegurar el suministro durante sismos y en el tratamiento avanzado de aguas residuales. En tanto, Shanghái y São Paulo están priorizando mejorar la calidad del agua y aplicar racionamientos, respectivamente, como medidas paliativas.
En México, el riesgo de llegar al «Día Cero» se ve agravado por el cambio climático, el aumento de la población, la infraestructura hidráulica obsoleta, la sobreexplotación de acuíferos y la contaminación de ríos y lagos. Por ello, es fundamental implementar políticas eficaces de conservación del agua y promover la educación sobre el uso responsable de este recurso.
La gestión adecuada de los recursos hídricos es esencial para garantizar el derecho humano al agua en México. Para lograrlo, se requiere un enfoque integral y colaborativo entre el gobierno, la sociedad y el sector privado. Solo así será posible enfrentar la crisis hídrica de manera efectiva y evitar el temido «Día Cero».
Redacción Más / IA