- Cada vez ocupa más espacios públicos, lo que representa un gran desafío para el gobierno municipal
Rafael Pascual
El comercio informal sigue ganando espacios en Cancún, lo que se ha convertido en un gran desafío en torno al tema de desarrollo urbano, pero sobre todo en la generación de impuestos para el actual gobierno municipal.
De acuerdo con Rafael Ortega Ramírez, vocero de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur), tan solo en 2024 hubo un impacto significativo en la dinámica económica de la ciudad.
Destacó que este fenómeno está estrechamente relacionado con el cierre de establecimientos formales, que se ven directamente afectados por la competencia desleal que representa la economía informal.
Destacó que a lo largo del 2024, al menos 360 negocios afiliados a la cámara cerraron sus puertas, una cifra menor a los 400 o 500 cierres registrados en años anteriores.
No obstante, destacó que esta reducción no necesariamente indica una mejora, ya que muchos de estos negocios no desaparecen por completo, sino que optan por migrar a la informalidad.
Afirmó que uno de los factores que contribuye a este cambio es la transformación de los hábitos de consumo entre los clientes, quienes ahora prefieren acudir a supermercados o a los nuevos conceptos de mini súper, que han ganado popularidad y se han expandido rápidamente.
Finalmente, este organismo comercial hizo un llamado a las autoridades y a los consumidores a reflexionar sobre las consecuencias de la economía informal en la estabilidad laboral, la recaudación fiscal y el desarrollo económico de la región.
En un recorrido por la ciudad, se pudo observar que el comercio informal no solo es en triciclos o motos adaptadas como puestos, sino también en camellones, banquetas y espacios públicos en general, donde han construido palapas o hasta puestos de material donde laboran taquerías, pollerías, negocios de venta de antojitos, fruterías y hasta tiendas de abarrotes que antes se encontraban en un local en donde pagaban luz, agua, predial y todo lo que conlleva la operación de esta actividad, pero ahora que han migrado a la informalidad no pagan nada.
Lo que fomenta esta corrupción es que los inspectores de Comercio en la Vía Pública y hasta los de Fiscalización, solo pasan y cobran cuotas bajo el agua, y este recurso no ingresa a las arcas municipales.
Si bien el comercio informal puede ser una fuente de empleo para muchas personas, también genera contaminación ambiental, insatisfacción ciudadana, desafíos en la gestión de residuos, ocupación del espacio público y competencia desleal con el comercio formal por la falta de regulación.