- Enfermedades, blanqueamiento y el desgaste por huracanes afectan la formación de arrecifes
Pese al daño que ha registrado el arrecife mesoamericano en los últimos 40 años, aún puede frenarse para que haya una restauración correcta, declaró Héctor Lizárraga Cubedo, director ejecutivo del Centro Ecológico de Akumal (CEA), quien mencionó que en el caso del transplante de corales se han tenido tasas de supervivencia del 70 por ciento.
Expuso que desafortunadamente el arrecife ha padecido una serie de enfermedades, como el blanqueamiento, aunado al deterioro directo por los impactos de los huracanes.
El año pasado el huracán Beryl causó muchos estragos a las formaciones arrecifales; sin embargo, resaltó que su labor contribuye bastante con la recuperación de fragmentos de coral que están vivos. Estos fragmentos “los colocamos en diferentes sitios en donde nosotros podemos vigilar su crecimiento y garantizar que haya un mantenimiento constante para que alcancen ciertas tallas. Una vez que las alcanzan se llevan al macizo arrecifal para que crezcan de manera natural”.
Destacó que tienen tasas de sobrevivencia de esos fragmentos de alrededor del 70 por ciento y tienen también tasas de crecimiento de un centímetro de largo por mes.
Precisó que dentro de este proyecto, que tiene más de cinco años de haber iniciado en la bahía de Akumal, cuentan con aliados como el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, el Instituto de Pesca de Puerto Morelos, las tiendas de buceo y hoteles de Akumal y voluntarios que ayudan en labores de mantenimiento y en el monitoreo de la condición de salud del arrecife.
Agregó que colaboran con la iniciativa Arrecifes Saludables para Gente Saludable, donde intercambian información sobre el estado de salud en nueve sitios de Akumal, pero también recopilan datos en los cuatro países que conforman el arrecife mesoamericano, que son Belice, Guatemala, Honduras y México y dan a conocer cada año el reporte de la situación de estos ecosistemas mediante un sistema de indicadores tipo semaforización.
Lizárraga Cubedo añadió que los datos arrojan que desafortunadamente muchos sitios a lo largo de este sistema internacional muestran deterioro, otros puntos reportan un poco de recuperación pero en términos generales es un deterioro constante, por eso es muy importante que se apoyen las labores de restauración.
Apuntó que el riesgo de mayor deterioro está asociado a la falta de tratamiento de aguas residuales, caso muy puntual el municipio de Tulum, donde estamos debajo del 50 por ciento de cobertura de saneamiento. Dijo que existe un gran aporte de materia orgánica nutriente al acuífero, lo que permite la proliferación de microalgas que son tóxicas y deterioran de manera permanente el arrecife, que se ve asfixiado hasta que muere.
Tampoco pueden hacer mucho a mayor escala debido a las condiciones climáticas globales, como los fenómenos del Niño o La Niña, que pueden propiciar incrementos abruptos de la temperatura superficial del mar o la misma presencia de huracanes. Sin embargo, el trabajo puntual que realizan y que ha dado buenos resultados les hace ser optimistas en cuanto a por lo menos mantener el flujo genético de las especies.
“Pensamos que cada vez pueden ser más resistentes a estos cambios, lo cual garantizaría de alguna forma la supervivencia de estas especies, aunque existe un riesgo alto”, concluyó el director del CEA.
La Jornada Maya / Miguel Améndola