El cine independiente brilló anoche durante los Óscar gracias a ‘Anora’, que se llevó cinco premios, entre ellos el más codiciado, a mejor película, en una gala con casi ninguna referencia política.
‘Anora’ «es una película verdaderamente independiente, se hizo con la sangre, el sudor y lágrimas de artistas independientes», dijo Sean Baker al recibir la quinta estatuilla para la película que se hizo con seis millones de dólares, un presupuesto muy bajo para los estándares de Hollywood.
Más allá del triunfo del cine independiente, la 97 edición de los Óscar destacó por el casi absoluto silencio hacia los tiempos convulsos que afronta EE.UU. desde la llegada de Donald Trump al poder el pasado enero.
La única alusión indirecta fue la del presentador de la noche Conan O’Brien, quien usó la película de Baker, que cuenta la historia de una joven estríper que vive una agitada historia de amor con un oligarca ruso, para hacer una analogía a la relación de Estados Unidos con Rusia.
«‘Anora’ está teniendo una buena noche. Ya lleva dos victorias. Supongo que los americanos están emocionados por ver que alguien por fin se enfrenta a un poderoso ruso», dijo el presentador.
Su comentario llega dos días después de que el líder ucraniano Volodímir Zelenski, fuera invitado a abandonar la Casa Blanca en medio de una reunión bilateral con el presidente Donald Trump en la que este y el vicepresidente JD Vance le increparon repetidamente.
Además, la villana de ‘Kill Bill’ Daryl Hannah irrumpió en el escenario con un ‘¡Slava Ukraini!’ (¡Gloria a Ucrania!, en español) y el puño alzado en apoyo al país europeo invadido por Rusia, antes de presentar el premio a mejor montaje.
La estadounidense Zoe Saldaña, quien ganó en la categoría de mejor actriz de reparto por ‘Emilia Pérez’, fue una de las pocas voces de origen latino de esta edición, y en su discurso resaltó sus raíces dominicanas, en un momento de tensión para las políticas migratorias debido a la promesa de Trump de llevar a cabo la mayor deportación de latinoamericanos de la historia.
Adrien Brody, ganador del premio de mejor actor, tuvo uno de los discursos más instrospectivos al reflexionar sobre la volatilidad del éxito en una trayectoria y resaltó que su papel en ‘The Brutalist’ ponía de manifiesto «las repercusiones de la guerra y la opresión sistemática del antisemitismo y el racismo», a la vez que abogó por un mundo «más feliz e inclusivo».
Quizá el momento más político de la noche fue cuando el documental palestino ‘No Other Land’ se alzó con el galardón de esa categoría y sus directores, procedentes de Palestina e Israel, pidieron que se trabajara en una solución conjunta para poner fin al conflicto entre sus países.
El Independiente / Editor Jorobando