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jueves 27 febrero 2025

¿Por qué Trump estaría obsesionado con imponer aranceles a todo el mundo?

  • El mandatario estadunidense ha amenazado a todo el mundo con imponer aranceles, pero habría un motivo histórico por el que buscaría imponerlos

Desde su primer mandato y desde que asumió en enero pasado, Donald Trump ha convertido los aranceles en una piedra angular de su estrategia económica y comercial. A diferencia de otros mandatarios estadunidenses, que han visto los impuestos a las importaciones como una herramienta para negociar acuerdos comerciales o proteger sectores industriales, Trump parece tener una visión más amplia: utilizar los aranceles como un mecanismo de recaudación fiscal que, eventualmente, podría sustituir al impuesto sobre la renta.

En su discurso inaugural, el expresidente dejó clara su postura: “En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, argumentaremos y gravaremos a los países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos”. Esta declaración es clave para entender su insistencia en aplicar tarifas a bienes provenientes de México, Canadá, China, e incluso, a la Unión Europea y a todo el mundo con el acero y el aluminio.

Los aranceles, una política del siglo XIX

Trump parece inspirarse en una política económica que predominó en el siglo XIX, cuando los aranceles eran la principal fuente de ingresos para el gobierno de Estados Unidos. Antes de la creación del impuesto sobre la renta, a finales del siglo XIX y principios del XX, los derechos de importación financiaban la mayor parte del gasto público. Sin embargo, en la actualidad, los aranceles representan apenas el 2% de los ingresos federales. Esto hace que su idea de sustituir el impuesto sobre la renta con tarifas comerciales sea económicamente inviable sin una expansión masiva de los aranceles, lo que podría afectar gravemente a la economía.

El plan de Trump implica imponer tarifas del 25% a bienes importados de Canadá y México, del 10% a productos provenientes de China y del 25% a todo el mundo con el acero y el aluminio, y hasta de una forma de represalia, como fue el caso de Colombia. Incluso, sirve para hacer tratos “ventajosos” como el acceso a minerales raro por parte de Ucrania, como “forma de pago” por los años de financiamiento en la guerra contra Rusia en la administración de Joe Biden.

Su objetivo declarado es reducir el déficit comercial y proteger los empleos en Estados Unidos. No obstante, los economistas advierten que el costo real de estos impuestos es asumido por los consumidores estadunidenses a través del aumento en los precios.

En su primer mandato, Trump aplicó un 50% de arancel a las importaciones de lavadoras. Un estudio del Instituto Peterson de Economía Internacional determinó que el precio de estos electrodomésticos aumentó un 12% como consecuencia directa de la tarifa, lo que representó un sobrecosto de 86 dólares (uno mil 760 pesos mexicanos) por unidad para los consumidores.

Por ejemplo, los aranceles al acero y al aluminio impuestos en 2018 afectaron a fabricantes de automóviles y productos electrónicos, elevando los costos de producción y reduciendo la competitividad de los bienes estadounidenses en el mercado internacional.

Además, las represalias de los países afectados por los aranceles podrían perjudicar a las exportaciones estadunidenses. En el pasado, China respondió con la devaluación de su moneda, el yuan, lo que reduce la competitividad de los productos de Estados Unidos en el mercado internacional.

Los aranceles ¿Una palanca política para Trump?

Aunque Trump sostiene que los aranceles son una herramienta para fortalecer la economía estadunidense, también los ha utilizado como un instrumento de presión política. En repetidas ocasiones ha amenazado con tarifas para obligar a otros países a tomar medidas en temas ajenos al comercio.

Por ejemplo, desde que ganó las elecciones en noviembre pasado, presionó al gobierno de Claudia Sheinbaum que intensificara sus esfuerzos contra el tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal. “Si México no detiene la crisis en la frontera, tomaremos medidas drásticas”, advirtió Trump.

Como resultado, el gobierno mexicano ha enviado agentes de la Guardia Nacional a la frontera común y ha aumentado la cooperación con las autoridades estadunidenses; y recientemente, con mayor intensidad a raíz de la designación de los cárteles del narcotráfico como “organizaciones terroristas”. Sheinbaum incluso, fue reconocida por mostrar moderación ante las amenazas arancelarias de Trump.

No obstante, la efectividad de esta estrategia sigue en debate. Si bien algunos países han respondido a la presión arancelaria, otros han optado por medidas de represalia, como sucedió con Canadá, que en respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos, planea aplicar tarifas recíprocas a productos estadunidenses por 30 mil millones de dólares canadienses, e incluso, llamados a boicots a productos estadunidenses en supermercados.

¿Una estrategia sustentable a largo plazo?

Las políticas comerciales de Trump han generado reacciones mixtas en Wall Street y en el sector empresarial. Si bien algunos industriales respaldan las tarifas como un medio para proteger a los fabricantes nacionales, otros advierten que los costos adicionales podrían afectar la competitividad de las empresas estadunidenses.

Según un análisis del Centro de Política Fiscal, el 20% de la población con mayores ingresos en Estados Unidos perderá más dinero debido a los aranceles que el 20% con menores ingresos. Mientras que los hogares con ingresos bajos asumirán un sobrecosto anual de $170 dólares, los hogares con ingresos altos podrían ver una reducción de hasta 3 mil 280 dólares en su poder adquisitivo.

A nivel político, los aranceles también han polarizado la opinión pública. Aunque los votantes que respaldan a Trump ven estas medidas como una forma de recuperar la soberanía económica de Estados Unidos los opositores advierten que podrían desencadenar una nueva recesión económica, con un aumento en la inflación, ya afectada por la escasez de huevos.

A pesar de su insistencia en los aranceles, Trump enfrenta obstáculos para consolidar su visión económica. La necesidad de contar con el respaldo del Congreso para implementar cambios estructurales en el sistema impositivo, que a pesar de tener una mayoría republicana en ambas cámaras, podría hacer que no avance su propuesta de eliminar el impuesto sobre la renta y depender exclusivamente de los aranceles como fuente de ingresos federales.

En el escenario global, el impacto de sus políticas también sigue siendo incierto. Si bien algunos sectores manufactureros podrían beneficiarse de protecciones arancelarias, otros podrían verse afectados por la pérdida de mercados internacionales y el encarecimiento de los insumos importados

Excélsior / Diego Morato    Fotos: Reuters / AFP | Diseño: Diego Morato y Reuters

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