- La historia de Alondra es un recordatorio desgarrador de la violencia que vivimos
Rafael Pascual
Entre lágrimas y tristeza, este lunes fue sepultada en el Parque Funerario de Cancún, la niña de 11 años que fue asesinada a balazos este domingo en la colonia irregular Valle Verde de esta ciudad.
Una camioneta de la funeraria municipal Opabiem (Operadora y Administradora de Bienes Municipales), encabezó el cortejo fúnebre en donde la pequeña, que en vida llevara el nombre de Alondra, ella llevada a su última morada hasta donde fue acompañada por decenas de vecinos y familiares.
Durante la noche del domingo y toda la mañana de este lunes, en el domicilio de Valle Verde se veló el cuerpo de la menor adentro de un pequeño ataúd, cubierto con flores y rodeado por velas, que reflejan la pureza de una vida que fue arrebatada demasiado pronto.
Entre murmullos de oración y el llanto contenido de su madre, la historia de Alondra se convirtió en un recordatorio desgarrador de la violencia que no respeta edades ni inocencia.
En medio de todo esto y los anuncios de que este caso no quedará impune, hasta este día las autoridades no han podido dar con el responsable del cobarde ataque que acabó con la vida de la pequeña que fue utilizada como escudo por un sujeto presuntamente vinculado a hechos delictivos al ver que un solitario sicario se acercó con pistola en mano para matarlo, afuera de una tienda de abarrotes en donde sábados y domingo venden cochinita.
La presidenta municipal de Benito Juárez, Ana Patricia Peralta de la Peña, lamentó los hechos y aseguró que se está haciendo todo lo posible para dar con el agresor que le quitó la vida a la pequeña Alondra.
