Columna: Seguridad y Defensa. Carlos Ramírez. www.24-horas.mx
El periódico El País ayer domingo publicó una nota sobresaliente: en una de la zona de las mafias en Italia los grupos delictivos han salido a repartir dinero y víveres a una población espantada por el virus, sin presencia del Estado y con necesidades que alguien tiene que satisfacer.
La nota llega a tres conclusiones: los grupos delictivos se meten en el tejido social, su objetivo es gestionar poder y el Estado es rebasado y pronto será desplazado.
La lectura de la nota tiene referentes mexicanos:
1.- El saludo del presidente López Obrador a la mamá de El Chapo tuvo efectos distorsionadores en la estrategia de seguridad.
2.- EU ha abierto en México una guerra directa contra el Cártel Jalisco Nueva Generación.
3.- El Cártel del Golfo, el Cártel de El Chapo y el Cartel Jalisco han ampliado su entrega de despensas a grupos sociales marginados, vulnerables y abandonados.
4.- La Ley de Amnistía que podría aprobarse hoy sacaría a miles de presos de las cárceles, sin pasar por un estudio de casos, sin indagar interrelaciones delictivas y sobre todo sin entender que en las cárceles todos los presos se titulan en complicidades criminales y delitos.
5.- Las cifras diarias sobre homicidios dolosos de la Presidencia de la República revelan que en los meses de febrero y marzo, a pesar del virus, el promedio diario de asesinados ha sido de 83 personas, mayor al tercer cuatrimestre de 2019.
Hoy 20 de abril se publicarán hacia la tarde-noche las cifras oficiales de delitos del mes pasado y podrá tenerse una visión más consolidada del comportamiento de la delincuencia. Por lo pronto habrá que prever una baja en delitos en espacios públicos -calles, taxis y colectivos-, pero sin datos significativos. Y hay que esperar que las cifras oficiales de feminicidios sigan subiendo, a pesar de protestas, marchas y promesas.
Pero el problema no es el corte de caja de lo que pasó, sino las malas noticias que dejan los reacomodos delictivos.
ZONA ZERO
Si los delitos no han bajado por el confinamiento y si los homicidios mantienen su ritmo por la lucha entre cárteles, entonces habrá que preparase para una disminución de seguridad porque el Gobierno federal ha autorizado la desviación de recursos de seguridad para labores de combate al Covid-19. Y ello ocurrirá justo cuando estaba en marcha la profesionalización policiaca que ha requerido de fondos extraordinarios.