mundo.sputniknews.com
El buque de carga Felicite Ace transportaba 4.000 coches de lujo cuando ocurrió el primer accidente, un incendio que terminó consumiendo a los automóviles y dejó al buque a la deriva. Pero cuando parecía que la tragedia terminó, el buque se hundió y ahora sospechan que los culpables podrían ser los coches eléctricos que eran transportados.
La odisea del buque Felicite Ace empezó el 10 de febrero cuando partió del puerto Emden de Alemania con destino al puerto estadounidense de Davisville. Tras haber navegado 90 millas náuticas de su recorrido, el 17 de febrero por la noche se originó un incendio del cual afortunadamente la Marina de Portugal logró evacuar a 22 miembros de la tripulación.
A bordo del Felicite Ace se encontraban unos 4.000 coches del grupo Volkswagen, entre ellos, 1.100 unidades de Porsche, 189 Bentley y otras unidades de Audi, Volkswagen y hasta Lamborghini.
Tras haber logrado evacuar a la tripulación, el buque se quedó en llamas por varios días. Cuando se dejó de ver humo, un equipo de rescatistas asistió al buque para remolcarlo. La mañana del 1 de marzo, la Armada portuguesa dio a conocer que el buque se hundió cuando estaba siendo remolcado ya que habría perdido estabilidad a unos 46 kilómetros fuera de la zona económica exclusiva de Portugal, cuya profundidad es de unos 3.000 metros.
Al parecer, las baterías de los coches eléctricos que transportaba el buque fueron un problema porque habrían complicado la extinción del fuego. Lo cierto es que el Grupo Volkswagen ha perdido toda esta carga y los coches no llegarán a su destino en los tiempos estimados, aunque la compañía indicó que los daños están cubiertos por el seguro.