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El sector turístico rechazó categóricamente la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de construir una terminal para cruceros en la Riviera Maya, ya que provocaría una caída de más de 20% en la ocupación de Cancún, Puerto Morelos y Riviera Maya, lo cual afectaría en la misma proporción el ingreso de divisas del país.
A través de un desplegado firmado por las Asociaciones de Clubes Vacacionales de Quintana Roo (Acluvaq), de Hoteles de la Riviera Maya (AHRM), de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres (AHCPM&IM), de Tulum, de Chetumal, Bacalar, Mahahual y Felipe Carrillo Puerto, y Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV) de Quintana Roo, recordaron que esta zona genera el 33% del total de ingresos de México por concepto de turismo.
Advirtieron que la presencia de cruceros disminuiría el perfil del turista promedio y afectaría a la economía de la población y la entidad, al pasar de un visitante con un gasto promedio de más de mil dólares durante una estadía promedio de 6.7 días, a uno de só 68.90 dólares con una estancia de seis a ocho horas, lo cual reduciría 93.1% la derrama económica de más de 16 mil 770 millones de dólares que genera la actividad turística actualmente.
La disminución impactaría de manera negativa a restaurantes, tour-operadoras, plazas y prestadores de servicios turísticos de los destinos que tocan, pues ofrecen a bordo mejores precios a los viajeros que tienen cautivos, además de afectar la venta de membresías y vacaciones de la industria del tiempo compartido, que son los que generan el turismo repetitivo y con mayor lealtad a los destinos, así como a las agencias de viajes receptivas que realizan las excursiones, que son suplidas por empresas castigadas brutalmente en sus precios u organizando pequeños monopolios de servicios.
Agregan que la presencia de muelles de cruceros en los polos turísticos desalienta la presencia de turistas vía aérea y terrestre, a través de mayoristas o de intercambios de tiempo compartido, ya que los cruceros son en realidad hoteles flotantes y ambulantes, domiciliados en paraísos fiscales, que ofrecen paquetes más económicos, debido a la ausencia de impuestos, pues no están sujetos a ellos ni a otras contribuciones como el sector hotelero.
Detallaron que entre las cargas fiscales que no tienen se encuentran el IVA, ISR, IMPAC, impuesto predial, Zona Federal Marítimo Terrestre, IMSS, SAT, Infonavit, Impuesto Sobre Nómina y licencias de funcionamiento y de uso de suelo, que gravan a la actividad turística desarrollada por los hoteles y demás prestadores de servicios.
Lo anterior provocaría que se dejen de recibir por concepto de impuestos cinco mil 887.65 pesos por cada tres visitantes, que es el promedio aproximado de personas por grupo de los viajeros que recibe Quintana Roo, frente a los cero pesos que generarían los turistas de crucero en Solidaridad, lo cual ya se ha presentado en otros lugares, como Palma de Mallorca, España-
Impacto turístico
De acuerdo con un estudio elaborado por la Universidad del Caribe en el 2012 para el periodo 2000-2010, actualizado por la empresa Grupo Empresarial Estrategia en diciembre del 2020 a solicitud de la AHCPM&IM, el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) y la Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras para el periodo 2011-2018, titulado “Estudio de Impacto de los Cruceros en los Destinos Turísticos- una actualización”, los cruceristas inhiben y reducen el crecimiento de los demás indicadores de la actividad turística.
Lo anterior debido a que ambos sectores compiten por el mismo mercado, representado por su origen de procedencia que en este caso es el norteamericano, el cual constituye el 53% de las llegadas por vía aérea a Quintana Roo, mientras los cruceros representan el 70% y cada producto (crucero-hospedaje) son sustituto uno del otro.
Además, un muelle de cruceros en el municipio de Solidaridad afectaría a las líneas aéreas e instalaciones aeroportuarias, ya que se dejan de ocupar asientos de avión por cada turista que llega en crucero, y en caso de convertirse en un “homeport” el número de vuelos disminuiría radicalmente a solo fines de semana, ocasionando con ello la baja de vuelos regulares que abastecen el aeropuerto y los destinos turísticos.
Abundaron que el proyecto reduciría también la tasa de retorno de los turistas al estado y representaría una competencia desleal para Cozumel, cuya economía depende de esa actividad, además de que las navieras han demostrado su falta de compromiso con los destinos turísticos, ya que son las primeras en cambiar sus rutas o cancelarlas en casos de desastres naturales, dejando al destino y a sus habitantes a su suerte.
En contraste, puntualizaron que este año se invertirán más de mil millones de dólares en la construcción de casi cuatro mil cuartos de hotel, que generarán empleos que se mantienen pase lo que pase, independientemente de los daños ecológicos que ocasionaría el muelle, debido a la presencia de la segunda barrera coralina más grande del mundo.