bbc.com/Suzanne Bearne Foto: Getty Images
Robin West, de 17 años, es una rareza entre sus compañeros: no tiene un teléfono inteligente.
En lugar de hacer scroll por aplicaciones como TikTok o Instagram durante el día, esta joven utiliza el llamado “teléfono tonto”.
Son teléfonos básicos, con una funcionalidad muy limitada en comparación con un iPhone, por ejemplo. Por lo general, solo pueden hacer y recibir llamadas y enviar mensajes de texto.
Si hay suerte, sirven para escuchar la radio y tomar fotos muy básicas, pero definitivamente no se conectan a internet ni a las aplicaciones.
Estos dispositivos son similares a algunos de los primeros teléfonos que la gente compraba a finales de la década de 1990.
La decisión de West de deshacerse de su antiguo teléfono inteligente hace dos años fue un impulso del momento.
Mientras buscaba un teléfono de reemplazo en una tienda de segunda mano, se sintió atraída por el precio bajo de un “teléfono ladrillo”.
Su móvil actual, de la firma francesa MobiWire, le costó casi US$9. Como no dispone de la funcionalidad de un teléfono inteligente, no tiene que preocuparse por una costosa factura mensual de datos.
“No me di cuenta de cuánto se apoderaba de mi vida el teléfono inteligente hasta que compré un ladrillo”, asegura.
“Tenía muchas aplicaciones de redes sociales y no trabajaba tanto porque siempre estaba en el teléfono”.
La joven londinense no cree que vuelva a comprar otro teléfono inteligente. “Estoy contenta con mi ladrillo, no creo que me limite. Definitivamente soy más proactiva”.
Un nuevo impulso
Los “teléfonos tontos” están viviendo un renacimiento. Las búsquedas en Google sobre estos aparatos aumentaron un 89% entre 2018 y 2021, según un informe de la firma de software SEMrush.
Aunque las cifras de ventas son difíciles de obtener, un informe señala que las compras globales de “teléfonos tontos” debieron alcanzar los mil millones de unidades el año pasado, frente a los 400 millones de 2019.
Esto se compara con las ventas mundiales de 1.400 millones de teléfonos inteligentes el año pasado, luego de una disminución del 12,5% en 2020.
Mientras tanto, un estudio de 2021 realizado por el grupo de contabilidad Deloitte indica que 1 de cada 10 usuarios de teléfonos móviles en Reino Unido tenía uno de estos aparatos.
“Parece que la moda, la nostalgia y su aparición en los videos de TikTok tienen un papel que desempeñar en el resurgimiento de los teléfonos tontos”, dice Ernest Doku, experto en móviles del portal de comparación de precios Uswitch.com.
“Muchos de nosotros tuvimos un ‘teléfono tonto’ como nuestro primer móvil, por lo que es natural que sintamos nostalgia por esos clásicos”.
Doku dice que fue el relanzamiento en 2017 del teléfono Nokia 3310, comercializado por primera vez en 2000 y uno de los móviles más vendidos, lo que realmente propició el renacimiento.
“Nokia impulsó el 3310 como una alternativa asequible en un mundo lleno de móviles de alta especificación”.
Agrega que si bien es cierto que estos teléfonos no pueden competir con los últimos modelos premium de Apple y Samsung en lo que respecta al rendimiento o la funcionalidad, “pueden eclipsarlos en áreas igualmente importantes, como la duración de la batería y la durabilidad”.
Hace cinco años, el psicólogo Przemek Olejniczak cambió su teléfono inteligente por un Nokia 3310, inicialmente debido a la mayor duración de la batería. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que había otros beneficios.
“Antes siempre estaba pegado al teléfono, revisando cualquier cosa, navegando por Facebook o las noticias u otros hechos que no necesitaba saber”, dice.
“Ahora tengo más tiempo para mi familia y para mí. Un gran beneficio es que no soy adicto a dar ‘me gusta’, a compartir, comentar o describir mi vida a otras personas. Ahora tengo más privacidad”.
Olejniczak, que vive en la ciudad polaca de Lodz, admite que inicialmente el cambio fue un desafío.
“Antes, cuando viajaba, revisaba todo en mi teléfono inteligente, como autobuses y restaurantes. Ahora eso es imposible, así que aprendí a hacer todas esas cosas de antemano en casa. Me acostumbré”, explica.
No tan tontos
Un fabricante de “teléfonos tontos” es la empresa neoyorquina Light Phone. Ligeramente más inteligente que la norma para tales productos, sus teléfonos permiten a los usuarios escuchar música y podcasts, y conectarse por Bluetooth a los auriculares.
Sin embargo, la firma promete que sus teléfonos “nunca tendrán redes sociales, clickbait, correo electrónico, un navegador de internet o cualquier otra fuente infinita que genere ansiedad”.
La compañía dice que registró su mejor año de rendimiento financiero en 2021, con un aumento de las ventas del 150% en comparación con 2020, a pesar de que sus teléfonos son caros dentro de la gama de “teléfonos tontos”: los precios comienzan en US$99.
El cofundador de Light Phone, Kaiwei Tang, explica que el dispositivo se creó inicialmente como un teléfono secundario para las personas que deseaban tomar un descanso de su teléfono inteligente durante un fin de semana, por ejemplo, pero ahora la mitad de los clientes de la empresa lo usan como su dispositivo principal.
“Si los extraterrestres vinieran a la Tierra, pensarían que los teléfonos móviles son la especie superior que controla a los seres humanos”, dice.
“Y esta situación no se detendrá, solo empeorará. Los consumidores se están dando cuenta de que algo anda mal y queremos ofrecer una alternativa”.
Sorpresivamente, los principales clientes de la empresa tienen entre 25 y 35 años, añade Tang. Él esperaba que los compradores fueran mucho mayores.
La profesora Sandra Wachter, experta en tecnología e investigadora principal en inteligencia artificial en la Universidad de Oxford, dice que es comprensible que algunos de nosotros estemos buscando teléfonos móviles más simples.
“Uno puede decir razonablemente que hoy en día la capacidad de un teléfono inteligente para conectar llamadas y enviar mensajes cortos es casi una característica secundaria”, explica.
“Tu teléfono inteligente es tu centro de entretenimiento, tu generador de noticias, tu sistema de navegación, tu diario, tu diccionario y tu billetera”.
Agrega que los teléfonos inteligentes siempre “buscan captar la atención” con notificaciones, actualizaciones y noticias de última hora que interrumpen constantemente el día.
“Esto puede mantenerte nervioso. Puede ser abrumador”.
“Tiene sentido que algunos de nosotros estemos buscando tecnologías más simples y pensemos que los ‘teléfonos tontos’ podrían ofrecer un regreso a tiempos más sencillos”, agrega Wachter.
“Podría dejar más tiempo para concentrarse por completo en una sola tarea y dedicarse a ella con más propósito. Podría incluso calmar a la gente. Los estudios han demostrado que demasiadas opciones pueden crear infelicidad y agitación”.
De vuelta en Londres, Robin West dice que muchas personas están desconcertadas por su elección.