- El Senado aprobó sancionar con entre 7 y 13 años de cárcel los ataques con ácido o cualquier sustancia química hacia una mujer, pena que aumentará hasta en dos terceras partes cuando se trate de las parejas sentimentales, familiares o quienes hayan tenido una relación laboral con la víctima
María Elena Ríos Ortiz, la saxofonista oaxaqueña que fue agredida con ácido, considera que la reforma legal que castiga hasta con 13 años de cárcel los ataques con ácido a mujeres “se quedó muy corta”, no tomó en cuenta a las víctimas, ni responde a una atención integral, porque te “arrebatan la vida”.
Ríos Ortiz es una de las 29 mujeres que han sobrevivido a este tipo de agresión, que no son violencia física -como se establece en el artículo 6 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia- sino ácida, por lo que se debe tipificar como feminicidio y ser castigado con la pena máxima de 40 a 60 años de prisión, señala María Elena Ríos.
“No es violencia ácida, como ellos lo han entendido(…) no son agresiones físicas, son intento de feminicidio; no es agresión física, es violencia ácida; así como existe violencia sicológica, económica, también existe la violencia ácida y creo que es muy importante comenzar a nombrar las cosas de manera correcta”, subraya.
María Elena, hace dos años y ocho meses sufrió quemaduras en la cara y cuerpo, al ser atacada, explica, por órdenes del exdiputado del PRI, Juan Antonio Vera Carrizal, y su hijo Juan Antonio Vera Hernández, en septiembre de 2019, proceso legal que continúa actualmente para obtener justicia.
La artista de 29 años indica que los ataques con ácido a mujeres aumentaron 100% en 2021 y representan solo 40% de las denuncias; 60% se queda en el anonimato, y explica que los agresores no usan esa sustancia con la intención de dañar la piel, sino que “nos han querido matar”.
Tras ser atacada, sigue un tortuoso proceso de cirugías, tratamientos dermatológicos, procesos psicológicos y psiquiátricos, así como la revictimización en el intento por reintegrarse a la sociedad e incluso por parte de las familias de los victimarios, que se vuelven también agresores. La saxofonista afirma que no descansará hasta que los cinco implicados en su agresión reciban su castigo.
“Hablaré de cómo he recuperado mi vida, que ni la voy a recuperar porque ya me la arrebataron, que sobreviví es diferente, hasta que sentencien a mis agresores yo voy a poder hablar de un porcentaje de una recuperación de mi vida, pero jamás va a ser un ciento por ciento, jamás”, asegura.